La designación de Rómulo Mucho en el ministerio de energía y minas genera ilusión de un cambio de rumbo en un sector clave para el futuro del país, por la llegada al gabinete de quien, al menos, propone un discurso distinto al del retroceso que ahí ha primado, aunque debe superar grandes obstáculos.
Hay tres asuntos claves en su agenda, empezando por promover la inversión minera, luego de que en 2023 cayera 9,9% frente a 2022, esperándose para 2024 un alza de 6% que, sin embargo, seguiría debajo de 2019.
Esto se explica por la paralización de muchos proyectos por falta de permisos y oposición de comunidades.
Por ejemplo, como informó ayer Gestión, Tía María y otros 23 proyectos de cobre que significan una inversión de US$34.521 millones aún no tienen fecha de construcción.
Como ha señalado el ministro Mucho, “Tía María es un proyecto emblemático que, si sale, avanzarían muchos otros proyectos”. Lograrlo requiere liderazgo y solidez que un gobierno frágil como el actual carece, pero no queda otro camino que intentarlo pues el Perú se juega mucho en el destrabe de la inversión minera.
Combatir a la minería ilegal, que hoy es más grande e importante en la familia de las economías criminales incluso que el narcotráfico, y que moviliza US$1.800 millones anuales, es otra tarea crucial. Para ello, sin embargo, el gobierno debe enfrentarse a una mafia que tiene poder político instalado en el congreso, desde donde siguen promoviendo normas para facilitar su avance.
Por último, Mucho deberá enfrentarse al desafío de lograr un cambio de rumbo mediante el diseño de un plan de mediano plazo de Petroperú que no pase por seguir siendo el barril sin fondo que ha sido hasta ahora.
Eso requiere, sin embargo, enfrentarse a una empresa envalentonada que se da el gusto de emitir, como ayer, comunicados arrogantes. Si Mucho no se prepara para desarmar las mafias alrededor de las gerencias, sindicato y proveedores, no logrará nada.
La tarea pendiente es enorme y crucial, frente a lo cual solo cabe desearle mucha suerte a Mucho y que al menos haga un poco de lo que viene diciendo en sus primeros días como ministro de energía y minas.
Economista de la U. del Pacífico –profesor desde 1986– y Máster de la Escuela de Gobierno John F. Kennedy, Harvard. En el oficio de periodista desde hace más de cuatro décadas, con varios despidos en la mochila tras dirigir y conducir programas en diarios, tv y radio. Dirige RTV, preside Ipys, le gusta el teatro, ante todo, hincha de Alianza Lima.