Según la propia Sunedu, las 10 universidades que registran el mayor número de grados y títulos durante los años 2019 al 2023 están encabezadas por la Universidad César Vallejo, que ha otorgado en ese período 173.402. Le siguen la Universidad Alas Peruanas (73.556) y la Universidad Privada del Norte (56.564).
En este récord, el último lugar de las 10 universidades lo ocupa la Universidad Católica, con 31,489 títulos y grados otorgados en ese lapso.
¿Qué ha pretendido la Sunedu con la publicación de este triste ranking? Es quizá la aceptación de que la formación profesional ha perdido preponderancia en relación con una productividad discutible, en la que el contenido de las tesis y la propia calidad del profesional que está graduándose son cuestionables. Con este tipo de estadística, se consolida la opinión de la existencia de centros académicos “combi”, producto de las leyes que permitieron la creación de fabricantes de títulos a los que poco les importa el contenido educativo y la calificación académica, y donde prima el negocio.
La propia creación de la Sunedu obedeció a la voluntad popular y gubernamental de impedir que se siguieran multiplicando estos centros superiores de estudio sin mayor supervisión.
Es en esta etapa en la que se impulsa el licenciamiento sobre la base de criterios que exigían títulos profesionales y hasta doctorados a sus profesores, determinada infraestructura física en la que se debían garantizar la existencia de laboratorios y la necesaria investigación y publicación de los trabajos. Esto es, estándares básicos de lo que se solicita en las universidades de otros países.
La voluntad de este Gobierno, en alianza con el Congreso, hizo de Sunedu un apéndice de los intereses empresariales educativos. Ahora, exhibe sus limitaciones con la publicación de este registro de la peor consecuencia de la falta de supervisión de la calidad: el dejar hacer, dejar pasar que ha permitido que se entreguen 120 títulos por día; es decir, una bien aceitada fábrica que imprime constancias al por mayor.
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