Buscar ayuda es tu derecho
La salud mental no es un estigma, sino una realidad que viven millones de personas.

“No hay salud sin salud mental” es una verdad absoluta, la cual, sin embargo, parece ser desconocida para las diferentes instancias tanto del Gobierno como de la empresa privada, que no dan los pasos necesarios para lograr una atención oportuna y de calidad para las personas que, a lo largo de su vida, pueden presentar algún tipo de trastorno.
En Lima y Chiclayo, la ONG Salud con Lupa pudo establecer que las cadenas y farmacias privadas solo garantizan 5 de los 36 medicamentos genéricos utilizados para tratamientos de salud mental. Los demás fueron reportados como agotados o no disponibles.
La Red de Estudios para el Desarrollo ha dado un recuento de cifras, con ocasión de que este 10 de octubre se conmemora el Día Mundial de la Salud Mental. Señala que, entre enero y julio, se han atendido 1 millón de casos por trastornos de salud mental y problemas psicosociales. Es una estadística que adicionalmente señala que se ha incrementado el número de atenciones, sin que crezcan ni los especialistas ni los servicios.
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Hay 3 siquiatras y 10 sicólogos por cada 100.000 habitantes. Adicionalmente, 4 de cada 10 establecimientos de salud mental están ubicados en la capital y 15 de las 25 regiones del país tienen solo un centro médico que ofrece atención de siquiatría por cada 100.000 habitantes.
Son cifras paupérrimas para una realidad demandante. Es un hecho incontrastable que ante mayor número de adversidades será mayor el número de afectados por las diversas enfermedades mentales, siendo las más comunes la depresión, ansiedad y el síndrome de maltrato. Los casos de depresión aumentaron en 21% en las zonas devastadas por fenómenos climáticos, como El Niño y el Yaku. La pobreza y la falta de empleo u oportunidades también propician estas afecciones.
Lo han llamado la “pandemia silenciosa” y ya se estudia su impacto en la economía y el bienestar de los ciudadanos. Se trata de prevenir los trastornos de salud mental y tener la capacidad de atender y mitigar sus efectos. Unicef señala que la mitad de los casos se presentan a los 14 años. Por ello, la parte terapéutica tiene que ir asociada con la educación, el medio ambiente y otros sectores.
Se trata de obtener políticas claras de salud mental, sin estigmatización, etiquetas o discriminación. No es un privilegio, sino un derecho básico que requiere de autoridades con empatía y capacidad de trabajar con y por la comunidad.
En este Día Mundial de la Salud Mental no se deben olvidar estas recomendaciones: mostrar apoyo, sentir empatía, ayudar sin juzgar y caminar sin soltar.







