Digan lo que digan los demás..., por Augusto Álvarez Rodrich

"Viaje de Boluarte a Brasil la benefició políticamente".

La constitucionalidad de la autorización a Dina Boluarte para viajar al exterior está en duda, pero no que su presencia en Belém do Pará en la cumbre amazónica OTCA la benefició políticamente en el frente interno.

En un mundo de alta conectividad como este, un presidente no tiene problemas para estar al mando de las decisiones del gobierno, esté donde esté, pero la constitución señala una restricción a su salida que no se corrige como lo ha hecho el Congreso, por lo que se requeriría una reforma constitucional.

Sin embargo, mientras el TC no decida la inconstitucionalidad, Boluarte podrá viajar al exterior con permiso del congreso, y sería absurdo que luego este pretendiera vacarla si antes fue autorizada por el mismo parlamento.

Hasta entonces, se prevé que Boluarte seguirá viajando. Todos los presidentes del mundo, quizá con la excepción de Joe Biden y Xi Jinping, usan los viajes al exterior para cosechar políticamente en el frente interno. Por ejemplo, Pedro Sánchez de España o Emmanuel Macron de Francia.

Boluarte no tendría por qué ser la excepción. Más allá de las críticas y especulaciones del Comando Anti-Dina de que se iba a fugar; que para qué viaja si el mensaje de fiestas patrias no mencionó la Amazonía; que el avión presidencial no tiene internet; o que Lula no fue a recibirla a la escalinata de la nave (al igual que con todos); las fotos con el presidente brasileño y los otros jefes de estado —incluyendo a su crítico el hoy alicaído Gustavo Petro—, fue “un triunfo político para la mandataria peruana y una derrota para la izquierda aliada de Pedro Castillo”, como señaló ayer Roberto Ochoa en este diario, más allá de que, como agregó, su discurso “no dijo nada nuevo y repitió lugares comunes”.

La diplomacia presidencial sí tiene fuerza, como han señalado diplomáticos experimentados.

Es cierto que hoy Lula se toma fotografías con todo político que crea que lo pueda ayudar a conseguir notoriedad global en su tercer mandato que lo conduzca a un Nobel de la Paz, desde Vladímir Putin hasta Nicolás Maduro, pero, como cantaría Raphael, que sigue tan vivo como José Luis Perales, el viaje de Boluarte a Brasil la benefició políticamente a ella y a su gobierno, digan lo que digan los demás…

Augusto Álvarez Rodrich.

Claro y directo

Economista de la U. del Pacífico –profesor desde 1986– y Máster de la Escuela de Gobierno John F. Kennedy, Harvard. En el oficio de periodista desde hace más de cuatro décadas, con varios despidos en la mochila tras dirigir y conducir programas en diarios, tv y radio. Dirige RTV, preside Ipys, le gusta el teatro, ante todo, hincha de Alianza Lima.