La violación de menores de edad es el segundo delito con más presos en el Perú. Un líder religioso vinculado a movimientos “provida” como #ConMisHijosNoTeMetas violó a su hija cuando era menor de edad y tuvo dos hijos con ella. El Sodalicio de Vida Cristiana, que maneja colegios y universidades, tiene múltiples denuncias de abuso a miembros jóvenes y está siendo investigado hoy por el Vaticano. Recientemente, un congresista fue vacado por haber violado a una de sus trabajadoras en una oficina del Congreso de la República.
Estos son algunos ejemplos que muestran que la violación sexual es un problema relevante y vigente en el país, que lejos de buscar soluciones se distrae a la opinión pública con cortinas de humo como el supuesto riesgo para las niñas por el uso de baños femeninos por mujeres trans en el aeropuerto, cuando la evidencia dice todo lo contrario.
Según Unicef, entre 2017 y 2021 se reportaron 54.546 casos de violencia sexual contra niñas, niños y adolescentes en el Perú, donde 92% de las víctimas fueron mujeres y 99% de los agresores fueron hombres: 20% fue el padre, 24% el padrastro, 23% un tío y 20% otras personas que conviven con la víctima. Es decir, el mayor riesgo de abuso sexual en menores sucede en el hogar por un hombre heterosexual que conoce a la víctima.
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Diferentes estudios han demostrado que los programas de educación sexual integral en la escuela ayudan a incrementar el reporte precoz de situaciones de abuso sexual en el hogar; sin embargo, los grupos conservadores “provida” que tienen múltiples denuncias de abuso sexual entre sus miembros son los principales opositores para implementar este tipo de medidas.
El Ministerio de Educación debería resistir el acoso de los grupos conservadores y seguir implementando la educación sexual integral, así como promover campañas de comunicación como alguna vez lo hizo con “Yo sé cuidar mi cuerpo”.
Lima, 1981. Director de Investigación de la Universidad Científica del Sur. Médico sanfernandino, investigador RENACYT, docente universitario, editor científico, acuarófilo, papá gatuno y compañero de vida de Daniel. Cuenta con más de 100 publicaciones científicas en Scopus, miembro del Comité de SciELO Perú.