El último miércoles 19, el Perú volvió a protestar contra el Gobierno de Dina Boluarte. Protestó en Lima y en varias provincias, en especial del sur andino. Si bien la protesta no tuvo, sobre todo en la capital, la contundencia de las dos anteriores, fue por el buen trabajo de la Policía Nacional que vigiló a sus organizadores y financistas y evitó acciones de violencia.
Pero la desaprobación del Gobierno (y del Congreso) sigue en sus picos más altos. Y crecerá aún más si la presidenta no cumple con el diálogo ofrecido a las regiones y si no asume su responsabilidad política en las acciones violatorias de los derechos humanos ocurridas durante su gestión.
Efectivamente. Hasta la fecha, la presidenta Boluarte no informa al país sobre las casi sesenta víctimas que cayeron durante las protestas de diciembre y enero. Se somete al silencio cómplice de la Policía y de las Fuerzas Armadas. Y le sopla la pluma, a la manera de Pilatos, a la Fiscalía de la Nación.
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Esto es lo que el Perú mayoritario y democrático no acepta ni perdona. Y aunque lo limiten por ahora en su protesta, no cesará en esta hasta conseguir la renuncia de Boluarte antes del 2026.
En el campo social, las cosas no están nada mejor. A la fecha no se ha conseguido atender los más urgentes problemas que agobian a la mayoría de la población pobre y necesitada. Piura es un ejemplo dramático. De Puno no se dice nada pese a su constante clamor. La delincuencia campea en Lima a sangre y fuego.
Las consecuencias empiezan a saltar a la vista. En el primer trimestre del año, el PBI cayó en 0,4% con la consiguiente reducción del consumo popular. El Niño que se acerca amenaza a la pesca y a la agricultura. ¿Tiene el Gobierno un plan para responder a sus consecuencias? ¿O, una vez más, las pagará el pueblo?
Periodista especializada en temas de política y docente de la Facultad de Comunicación de la Universidad San Martín de Porres. Magister en Periodismo y Comunicación Multimedia por la USMP. Siguió estudios de periodismo internacional en la Universidad de Navarra, España. Actualmente se desempeña como jefa de Informaciones del diario La República.