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La estela de Raimondi deja el museo, por Roberto Ochoa

El argumento es que aportará al turismo local, sin embargo, trascendió que se trata de una promesa del premier Otárola…”

Más que un símbolo de la cultura Chavín, la célebre Estela de Raimondi es un emblema del patrimonio cultural de todo el Perú: se salvó de los primeros saqueos en Chavín gracias a que un campesino la utilizó como mesa. Años después fue la pieza insignia de las civilizaciones del antiguo Perú cuando se inauguró el primer museo en el Parque de la Exposición (hoy conocido como el MALI) y luego se salvó del pillaje chileno durante la ocupación de la capital gracias a que se cayó y se rompió y la soldadesca creyó que era una simple mesa de piedra rota.

Hoy en día ¿se salvará del Gobierno de Dina Boluarte? Y es que, con un hermetismo propio de mejores causas, el Ministerio de Cultura decidió trasladar la Estela de Raimondi al museo de sitio en Chavín de Huántar. El argumento es que aportará al turismo local, sin embargo, trascendió que se trata de una promesa del premier Alberto Otárola a su paisano el presidente regional de Áncash. Lo curioso es que contrataron a un grupo de “especialistas” polacos para su traslado, como si en el Perú no existiera una antiquísima tradición dedicada a la industria pétrea.

Autoridades como el Dr. Luis Lumbreras están abiertamente en contra de su traslado por una simple razón: la Estela de Raimondi permanece en un lugar especial del museo de Pueblo Libre, donde está sujeta a un bloque de fierro y cemento para evitar que se siga rompiendo. Lo peligroso es que tendrán que fragmentar la Estela para su traslado al museo de sitio en Chavín.

¿Por qué tanto misterio oficial para el traslado de la Estela de Raimondi? ¿Será porque los arqueólogos y otros especialistas no están de acuerdo con su mudanza? ¿De verdad creen que los turistas se van a trasladar en masa hasta Chavín de Huántar para contemplar una loza que permanece a buen recaudo y exhibida en el museo limeño? ¿No sería mejor confeccionar una réplica?

Las preguntas sobran. Lo ausente son las respuestas de la Dirección de Museos del Mincul. ¿Será que quieren cumplir a como dé lugar la orden de Otárola?