Opinión

¿Qué harás en Semana Santa?

"Si a pesar de los terribles sucesos de los pasados tres meses la Semana Santa 2023 se mantiene como una locomotora del turismo, será un milagro de la economía".

Si a pesar de los terribles sucesos de los pasados tres meses la Semana Santa 2023 se mantiene como una locomotora del turismo, será un milagro de la economía. Los observadores del tema anuncian altísimas tasas de ocupación reservada en los hoteles y albergues del país. Es evidente que hay ganas de moverse y de poner a prueba la infraestructura turística.

A pesar de su brevedad, la Semana Santa pone a la política entre corchetes, por lo menos un poco. En la TV las anualmente desempolvadas películas arcaicas y sacras (Ben Hur, Quo Vadis) hacen esfuerzos por mantenerse en la parrilla. Para muchos será la única experiencia religiosa de la temporada. Aun así, la misa del Domingo de Resurrección será como siempre un hit de asistencia en la temporada.

Ni los viajeros ni los sedentarios van a tener mucha atención para la política, salvo que ocurra algo tremendo. Pero hay muchas barbaridades que simplemente no se hacen ni se anuncian en tales días cristianos. Hay una suerte de parálisis de Viernes Santo cuando conviene simplemente no hacer nada, y en que la política misma, como se practica aquí, es un pecado mortal.

Pero si el ambiente no es político, ¿cuán religioso será el clima del seis al ocho próximos? Pues más o menos. Serán pocas las iglesias atiborradas, pues muchos preferirán ejercitar su fe contra una pantalla. Aun así habrá más mensajes desde el púlpito que lo usual. Para el hombre de la calle habrá simplemente una conciencia aguda de que la religión existe, y eventualmente podría interesarle.

Volviendo al turismo ¿este año castigará a los lugares peligrosos y premiará a los tranquilos? En realidad el cálculo turístico suele ser más práctico que eso, y se guía por el costo-beneficio. Lo que más oigo entre mis amigos es sobre viajes a lugares cercanos, con más de peregrinación hacia lo ya conocido que de aventura. Pocos van a querer visitar escenarios de batallas recientes.

¿Tienen las iglesias cristianas algo particular que decir en esta oportunidad? La jerarquía católica lo tuvo frente a Pedro Castillo. Quizás ahora le tiente a algunos sacerdotes dirigirse al desacreditado Congreso con algunos comentarios del momento. Pues la política se ha convertido en el contrapelo de los principios cristianos.