Una fecha a conveniencia, por Lucia Solis
"Ha pasado otro 8 de marzo (…). Nos encontramos en un laberinto misógino, racista y clasista que no es reciente, pero del que seguimos sin poder salir".

‘‘El Estado opresor es un macho violador’’, clamaban Las Tesis en la canción que se volvió un himno feminista en 2019. El régimen de Dina Boluarte ha demostrado que esta consigna no solo es cierta, sino que es diariamente validada por sus propias acciones desde el Ejecutivo.
Hace menos de una semana, el Mimp emitió un comunicado a través de redes sociales en el que exhortaba a ‘‘resguardar la integridad de las niñas, niños y adolescentes en todos los espacios públicos y privados’’, a raíz de las imágenes en donde se ve a un grupo de mujeres aimaras con sus hijos e hijas siendo disparadas al cuerpo con bombas lacrimógenas lanzadas por policías. En fácil: si te violentan es porque tú te lo buscaste. ‘‘El Estado opresor es un macho violador’’ de derechos humanos.
Una vez más se demuestra que no importa si se tiene a una mujer en el máximo cargo o a instituciones y ministerios con nombres inclusivos. Si estas se encuentran tomadas por un régimen cómplice de la misoginia, el racismo, el clasismo, el odio, y coludido con el Congreso, la supuesta defensa de las mujeres queda vacía.
Es así que fechas como el Día Internacional de la Mujer (conmemorado ayer) que se suponen reivindicativas, terminan siendo utilizadas. Solo basta con ver los mensajes de alusivos al 8M de la propia Boluarte y demás instituciones que hasta hace unos días no dudaron en ordenar, aplaudir y justificar el que se haya gaseado a mujeres y niños.
Por eso, que tu indignación no vaya hacia las y los que, quizás inocentemente y sin real consciencia por el desconocimiento, te desean un ‘‘feliz día’’ en el marco del 8 de marzo, como si del Día de la Madre se tratara, sino contra quienes instrumentalizan esta fecha para lavarse las manos de sangre y muerte.
Ha pasado otro 8 de marzo y tenemos en el sillón municipal de la capital a un hombre que le dijo a Ana Estrada que se mate tirándose de un edificio y que considera a las parejas homosexuales ‘‘antinaturales’’. En otros departamentos como Trujillo, a un alcalde que no duda en acosar a periodistas y, como presidenta, a una mujer que se escuda en el machismo estructural para cargar contra quienes critican el régimen represivo y violento al que ha sometido el país. Nos encontramos en un laberinto misógino, racista y clasista que no es reciente, pero del que seguimos sin poder salir.
No es un panorama alentador para las mujeres, diversidades sexo genéricas, ni el resto de personas afectadas por este Gobierno. Una vez más, el 8M resultó un comodín, una fecha a conveniencia de quienes se dicen aliados, pero que, en realidad, son verdugos








