¿Cuánto puedo retirar de mi CTS?

La protesta en el mundo

"El Fondo Carnegie para la paz registra, desde el 2017, más de 400 movimientos significativos de protesta contra gobiernos en el mundo, en más de 132 países".

En Israel están en la quinta semana de protestas en 20 ciudades del país, por una serie de temas. En Francia, los reclamos en las calles vienen durando más, y en París se han producido manifestaciones de bastante más de un millón de personas. En Grecia, los agricultores han salido a protestar a las carreteras, y seguirán allí buena parte de febrero.

No es nada nuevo ni insólito. El Fondo Carnegie para la paz registra, desde el 2017, más de 400 movimientos significativos de protesta contra gobiernos en el mundo, en más de 132 países. De ellos, 135 han sido de carácter económico. El 23% de esas protestas significativas ha durado más de tres meses.

Uno pensaría que en la era de las redes sociales la protesta se concentraría allí, donde los números acumulados crean verdaderos paraísos de la difusión. Sin embargo, es obvio que la gente sigue queriendo mostrar su desagrado de cuerpo presente, como si lo electrónico tuviera problemas para encarnar lo colectivo y lo solidario.

Una porción importante de la protesta no logra imponer sus demandas. Pero igual todas deben ser tomadas en serio. Siguiendo el dicho por el cual lo que no mata engorda, una protesta fuerte y larga en las calles puede tumbar a un gobierno o no, puede liquidar una democracia o fortalecerla. En ese terreno se ha visto de todo.

En América Latina, las grandes protestas en las calles tienen una historia mixta. Unas fueron momentos decisivos, otras válvulas de escape. No lograron derrocar a Nicolás Maduro, fueron el preludio del régimen de Jair Bolsonaro, crearon un nuevo estilo político en Chile, sacaron a Evo Morales de la presidencia.

Las protestas en el Perú de estas semanas son insólitas. Empezaron como la defensa de un individuo que fracasó en el intento de dar un golpe de Estado. Hoy ese es un reclamo secundario, y avanzan temas como el reclamo por los casi 60 muertos en confrontaciones, renuncias de presidenta y congresistas, pedido de una nueva Constitución.

No hemos visto hasta aquí grandes concentraciones, y replicar la Marcha de los cuatro suyos sigue siendo un buen deseo. El rasgo distintivo hoy no es realmente la convocatoria, sino la energía y la persistencia. El transporte ha entrado de lleno en el mapa de la protesta peruana.

Mirko Lauer

Observador

Un poemario cada tantos años. Falso politólogo. Periodismo todos los días. Natación, casi a diario. Doctor por la UNMSM. Caballero de la Orden de las Artes y las Letras, Francia. Beca Guggenheim. Muy poco twitter. Cero Facebook. Poemario más reciente, Las arqueólogas (Lima, AUB, 2021). Próximo poemario, Un chifa de Lambayeque. Acaba de reeditar la novela policial Pólvora para gallinazos (Lima, Vulgata, 2023).