A dos años del Vacunagate, por Percy Mayta-Tristán
“No se conoce si el Colegio Médico del Perú ha sancionado a los médicos que se vacunaron irregularmente”.

En estos días se cumplen dos años desde que conocimos cómo más de 450 personas que no eran voluntarias del ensayo clínico de Sinopharm se inocularon en forma irregular con esa vacuna cuando en ese momento no había disponibilidad de vacunas en el Perú, nefasto episodio para la ciencia, ética médica, medicina y política peruana bautizado como #Vacunagate.
Sin embargo, hoy los resultados de este ensayo clínico liderado por la Universidad Peruana Cayetano Heredia no están publicados en ninguna revista científica, es más, no se puede encontrar el informe final en el Registro de Ensayos Clínicos del Instituto Nacional de Salud y figura una ampliación hasta junio del 2023.
El uso de un producto de investigación fuera de un ensayo clínico no es una práctica aceptada por la comunidad científica como varios hicieron creer. No se conoce si el Colegio Médico del Perú ha sancionado a los médicos que se vacunaron irregularmente. Tampoco hay sanciones de parte del Comité de Integridad Científica del Concytec, pues varios de los involucrados son investigadores RENACYT e incluso personas que han contribuido a la normativa nacional de integridad científica y ensayos clínicos.
Al final, tanto a nivel gremial como científico la premisa otorongo no come otorongo se cumple. Estamos viviendo una larga crisis política donde los miembros del Ejecutivo y el Legislativo no piensan en el bien común, aplican la ley solo para sus enemigos políticos y no les importa el daño de sus acciones hacia el país, pues mientras ellos saquen provecho de la situación les es funcional, a pesar de las más de 50 muertes en protestas contra ellos.
Lamentablemente esto pasa a todo nivel y en todo sector del Perú, uno esperaría más de las instituciones que deben velar por la integridad científica y de la ética y deontología del médico, pero estamos sumidos todos en el mismo fango.








