Paren la matanza

El Gobierno y el Congreso tienen corresponsabilidad en muertes ocurridas en el sur.

Puno es ahora escenario de masivas protestas contra el Gobierno de Dina Boluarte. Los enfrentamientos con las fuerzas del orden han dejado hasta el momento un doloroso saldo, solo hoy, de 17 muertos y decenas de heridos, sin que se vislumbre una salida política a esta convulsión social en el sur con tan alto grado de muertes, de la que son corresponsables tanto el Gobierno como el Congreso nacional.

Las razones de la protesta tienen origen en una agenda regional a la que se suma un pliego de demandas de un sector de la población que exige el cese inmediato del Congreso, elecciones adelantadas al 2023 y la salida de Dina Boluarte del poder.

En relación al sur peruano, existen condiciones regionales que explican las protestas que se desarrollan en diversas ciudades de Puno y que le dan un carácter único a sus reclamos. En primer lugar, la desatención histórica que ha mantenido el país en relación a esta región de la Macrosur y que no corresponde solo a este período, sino a los anteriores gobiernos que poco han hecho por incluir esta parte tan importante del Perú a los beneficios del desarrollo.

Han sido continuos los movimientos regionales que han propuesto como salida política el separatismo. Desde la Confederación Peruano Boliviana y las insurrecciones que han tenido lugar en la zona, siempre se ha construido el imaginario de una comunidad aimara asentada sobre las nacionalidades peruana y boliviana. Este proyecto secesionista cobra vigencia cada vez que se encienden las hogueras de la protesta en la población.

Las asimetrías de la desigualdad que genera el modelo económico y el creciente centralismo limeño, que desdeña a las regiones, son el caldo de cultivo que necesita el discurso separatista. La presencia o no de Evo Morales en territorio nacional parece mas una excusa del Gobierno peruano para la cruenta intervención policial que un peligro real.

Los problemas del sur peruano van a seguir allí con Evo o sin él, porque de lo que se trata es de atender la desigualdad entre Lima y las regiones, incluir a esa zona del país en el desarrollo nacional y construir una nación más integrada, sin discriminación ni privilegios. El destino del sur peruano esta indesligablemente unido a nuestra historia y a nuestra nación. El discurso separatista se combate con un país de iguales, en el que todos tengan cabida, oportunidades y paz.

Urge que paren la matanza, en la que están comprometidos un gobierno que desoye, usa indiscriminadamente la violencia y actúa como si nada estuviera ocurriendo, y un Congreso incapaz y de espaldas a la realidad.

La República

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