Precio del dólar HOY, domingo 5 de mayo

El corazón de la luna, por Sandro Mairata

“Resulta evidente que en un drama de elementos fantásticos como ‘El corazón de la luna’ Salvini reagrupa sus temas clásicos —los marginales, los olvidados, los dueños de mundos privados inconexos con la sociedad— en una historia de nuevo personal, donde tiene por fin los recursos para hacer las cosas a su modo”.

Por Sandro Mairata | @CINENSAYOLat y @smairata

El corazón de la luna es un notable filme peruano que llega la mano de un Aldo Salvini en el punto más alto de su labor como director. Tras cuatro cortometrajes a inicios de los noventa que aún son objeto de estudio, el director bogotano nacionalizado peruano saltó a los largos con Bala perdida (2001), un filme intenso pero rudimentario que a pesar de los buenos comentarios en su momento ha envejecido bastante mal. Tuvo a su cargo varias series y telenovelas muy populares (fue director de arte en Pataclaun), y luego dirigió un documental personalísimo llamado El caudillo pardo (2005) antes de volver con dos secuelas de acción exitosas en taquilla sobre el personaje del delincuente limeño apodado “Django”, interpretado por Giovanni Ciccia.

Resulta evidente que en un drama de elementos fantásticos como El corazón de la luna Salvini reagrupa sus temas clásicos —los marginales, los olvidados, los dueños de mundos privados inconexos con la sociedad— en una historia de nuevo personal, donde tiene por fin los recursos para hacer las cosas a su modo. Como tal, incluye elementos de su celebrado corto El gran viaje del Capitán Neptuno (1991), de El caudillo pardo y la obsesiva paleta visual de Bala perdida (y de casi todos sus trabajos) –una luz azul sobresaturada preeminente para establecer atmósfera, una luz verde para instantes surreales; el amarillo y el rojo como apoyos. Es tanta la obsesión de Salvini con el azul sobresaturado que así como hay un Rojo Almodóvar existe un Azul de Salvini.

Haydée Cáceres interpreta a una anciana cargadora de papas en un mercado anónimo en Lima. Tiene la espalda dañada y encorvada por el peso; la soledad es su única compañía. Visita el cementerio y llora ante una lápida por un ser querido; en sus austeros desayunos fantasea con un programa de TV sobre robots gigantes que pelean con monstruos al mejor estilo japonés. Una noche, se aparece ante ella el robot que vio en televisión, quien se vuelve su amigo y eventualmente protector. La mujer se llama M y el robot es “Yawar-robot” (interpretado por Bruno Balbuena).

Estamos ante un filme sin diálogos (no exactamente “mudo”), que se rige por la acción física de Cáceres, quien entrega una de sus actuaciones definitivas. Por momentos demasiado “actoral”, Cáceres es completamente conmovedora en una sucesión de secuencias que se prestan de La Strada, Blade Runner y otros referentes cinéfilos —en muchos sentidos, es una película para cinéfilos. La obsesión por el detalle de Salvini nos provee de imágenes sofisticadas —gotas de garúa, visiones oníricas— poco vistas en el cine peruano, junto con un diseño de sonido impecable y la inspirada música de Karin Zielinski que la convierte en un personaje aparte. Uno de los grandes títulos peruanos del año.

.

.

Ficha

  • Título: El corazón de la luna
  • País: Perú
  • Año: 2022
  • Director: Aldo Salvini
  • Protagonistas: Haydée Cáceres, Bruno Balbuena
  • Disponible en: Cines –estreno jueves 27 de octubre
  • Calificación: 4/5
La República

Los artículos firmados por La República son redactados por nuestro equipo de periodistas. Estas publicaciones son revisadas por nuestros editores para asegurar que cada contenido cumpla con nuestra línea editorial y sea relevante para nuestras audiencias.