El candidato a la alcaldía de Lima Daniel Urresti causó furor la semana pasada luego de que apareció un video de propaganda electoral en las redes sociales de su agrupación política, Podemos Perú, que, en palabras del periodista Matheus Calderón, hacía apología de la ejecución extrajudicial.
En el video, un hombre con cabeza de muñeco, como si fuera un personaje de un videojuego, representa a Urresti, cuyo nombre está escrito en su gorro en mayúsculas y en amarillo y cuya camisa lleva el logo de Podemos Perú.
En el video, el muñeco de Urresti es asaltado por un joven que intenta robarle su celular. Durante el asalto, el joven le dispara con un arma de fuego, sin éxito. En respuesta, el muñeco de Urresti saca un arma de fuego larga y dispara varias veces al asaltante, quien cae al suelo. Con un pie, Urresti pisa al ladrón y le dispara un par de veces mas. Luego, levanta el brazo con el celular recuperado, sonríe macabramente, y rebota victorioso al son del timbre de Mario Brothers.
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En un video que dura menos de quince segundos, Urresti demuestra quién es en realidad. Apela a los instintos mas bajos de una población hastiada con la sensación de inseguridad que produce un Estado que no la protege ante el crecimiento de la delincuencia, y que muchas veces está en colusión con ella, todo para realizar sus ambiciones políticas.
Sabiendo que la delincuencia es el tema que más preocupa a los y las limeñas, trivializa la necesidad de formular políticas públicas integrales para enfrentarla. Solo es capaz de levantar una propuesta matonesca y vengativa. Ojo por ojo.
En los años 80 y 90, ante el fenómeno de la subversión, se aplicó un método similar. Masacrar, torturar, desaparecer, ejecutar extrajudicialmente a los presuntos subversivos, era la respuesta del Estado. No paró la guerra, sino la alargó por años. Para derrotar a la subversión, se requirió de una política integral, que enfrentaba el fenómeno subversivo desde la política, la inteligencia, desde lo social.
Es una lección que Urresti, actualmente procesado por asesinato de un periodista durante el conflicto armado, nunca aprendió.
En un país que todavía no ha logrado cerrar las heridas del pasado, de un conflicto interno que dejó a 69.000 muertos, impresiona que un candidato para ser la máxima autoridad de la ciudad capital trata el tema de la delincuencia como un videojuego en el que el mayor número de muertes es señal de victoria.
Doctora en ciencia política por Columbia University. Profesora en George Mason University y Asesora Principal de la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA), investiga sobre violencia política, autoritarismo, derechos humanos, y justicia transicional en América Latina.