Entre mitos y miedos, por Marisa Glave

“No permitamos que estos mitos hagan que se eduque con base en el miedo a nuestras niñas y niños. El miedo lleva a la legitimación de la violencia”.

El miedo a lo que no se conoce, a lo diferente, junto al miedo a la libertad plena de las personas ha llevado, en distintos momentos de nuestra historia, a la generación de mitos que buscan frenar las libertades, demonizar lo diferente e impedir la ampliación del conocimiento.

No se trata solo del pasado lejano, donde instituciones eclesiales como la Santa Inquisición perseguían a personas librepensadoras, la más de las veces mujeres, para acusarlas de hacer pactos con el diablo y asegurar así el orden social establecido. Se trata también de acciones hechas en sociedades contemporáneas. En el Perú habría que revisar la acción de instituciones tutelares como la Policía Nacional o el propio Tribunal Constitucional.

Rosario Aybar, madre de Solsiret, ha testificado en el juicio tras la muerte de su hija que la PNP se negó a recibir la denuncia por desaparición. Les dijeron que lo más probable era “que fuera un calentón y que seguro ya volvería”. Si eres una mujer joven, peor aún madre, es mejor que no vayas a causar problemas. La mujer no es vista como potencial víctima, sino como culpable.

En el caso del Tribunal Constitucional, las decisiones que se toman tienen un impacto mayor porque son de carácter general. Por ejemplo, el tribunal decidió prohibir la distribución gratuita de la anticoncepción oral de emergencia. Se negó a las mujeres la opción de evitar un embarazo no deseado por violación. Ya quedó absolutamente claro que no son pastillas abortivas, pero los mitos sobre la AOE lograron este freno temporal y afectaron a miles de mujeres.

La educación es la herramienta más importante para romper con mitos creados por quienes en el fondo quieren defender el status quo y generar miedo ante el ejercicio pleno de libertades, en particular de las mujeres y las diversidades. Por eso es que no podemos permitir como sociedad que entre en vigencia el Proyecto de Ley 904, aprobado por 88 votos en el Congreso. Este proyecto pretende otorgar a asociaciones de padres de familia el poder del veto.

¿Qué quiere decir? Que usando el discurso de los padres –siempre se olvidan de las madres– tienen derecho a decidir a qué información acceden sus hijos, han dado poder a asociaciones, que no necesariamente representen a la mayoría de madres y padres, para prohibir en los colegios la educación sexual integral (ESI).

Dada la alta votación, se podría pensar que una gran mayoría en el país está en contra de la ESI. Pero ese es un mito. Católicas por el Derecho a Decidir encargó una encuesta a Ipsos y muestra que el 80% de peruanas y peruanos sí quiere ESI en los colegios y que incluso el 60% cree que la ESI se debe impartir desde inicial o primaria.

No permitamos que estos mitos hagan que se eduque con base en el miedo a nuestras niñas y niños. El miedo lleva a la legitimación de la violencia.

Marisa Glave

Desde la raíz

Socióloga, con un máster en Gestión Pública, investigadora asociada de desco, activista feminista, ecologista y mamá.