Opinión

A 250 días: desbalances en MIDIS, por Silvana Vargas Winstanley

“A fin de que la apuesta que dio origen al Midis no se diluya del todo, se sugiere mantener su capacidad técnica instalada reconociendo los avances en articulación territorial...”.

Dina Boluarte se manifestó tras la orden de detención a los sobrinos del presidente Pedro Castillo. Foto: Midis
Dina Boluarte se manifestó tras la orden de detención a los sobrinos del presidente Pedro Castillo. Foto: Midis

Por Silvana Vargas Winstanley (*)

La ministra Boluarte ha cumplido 250 días a cargo del Ministerio de Desarrollo e Inclusión Social (Midis). Estos han transcurrido entre breves visitas de campo para conocer la dinámica de los programas sociales, la entrega del Bono Yanapay y alimentos de Qali Warma y la reciente creación de la Comisión Multisectorial para la atención de Iniciativas de Apoyo Alimentario Temporal. En su momento, saludamos la continuidad de procesos en marcha y alertamos que la rectoría del ministerio trascendía sus programas siendo fundamental reforzar los instrumentos de política para potenciar su rol articulador.

Lo andado en estos 250 días pareciera insuficiente frente al incremento de 9,9 y 2,2 puntos porcentuales que, en el 2020, experimentaron la pobreza y la pobreza extrema, respectivamente, según el INEI. Frente a un contexto altamente adverso y de inflación global, el “piloto automático” no es la ruta. Se requiere un contrapeso audaz entre el sentido de urgencia y el de oportunidad. El gobierno de transición y emergencia liderado por el expresidente Sagasti tuvo, paradójicamente, 250 días para hacerse cargo de un país sumido en una crisis múltiple agravada por la propagación de la pandemia.

Durante ese período, el Midis atendió la emergencia con prontitud: habilitó el Bono 600 en 17 días, gestionó 3 mil toneladas de alimentos a pesar de haber recibido 0 soles en el presupuesto para tal fin y reforzó la relación con gobiernos locales para sostener el trabajo de la Red Amachay. A la par, decidió que el COVID-19 no secuestraría la agenda de la protección social. Así, potenció lo avanzando en Desarrollo Infantil Temprano e impulsó el eje de inclusión productiva a través de la puesta en marcha de la Intervención Temporal Hambre Cero que serviría de base para diseñar la ansiada política agroalimentaria. La colaboración permanente con los sectores Agricultura, Economía y Finanzas, Educación, PCM, Salud, Vivienda, entre otros, fue clave.

Urge que el Midis retome la agenda de lo importante para atender lo urgente. Potenciar el Registro Nacional de Hogares (RNH) — herramienta fundamental del Sistema Nacional de Focalización que valida, complementa y actualiza la información de los hogares— habilitaría la atención oportuna de la población en pobreza y pobreza extrema. A julio 2021, se publicaron dos directivas: una sobre el funcionamiento del Mecanismo de Intercambio de Información Social y otra acerca del control de calidad de información para la determinación de la Clasificación Socioeconómica. Potenciar el RNH supone sostener un trabajo técnico de alto nivel, fortalecer capacidades de actores territoriales y generar alianzas con gobiernos locales.

Sin un sistema robusto de información social poco o nada lograremos avanzar respecto a la actualización de la Política Nacional, el impulso al enfoque de pobreza multidimensional como métrica oficial, el reajuste de procedimientos para potenciar y escalar los programas sociales, o la validación de intervenciones en ámbitos urbanos y amazónicos en contextos de emergencia.

A fin de que la apuesta que dio origen al Midis no se diluya del todo, se sugiere mantener su capacidad técnica instalada reconociendo los avances en articulación territorial, reforzar la toma de decisiones basadas en evidencia resguardando las intervenciones de cualquier acto de corrupción, y retomar espacios de coordinación intersectorial e intergubernamental efectiva. El gran reto hoy es sostener los avances evitando desbalances entre lo urgente y lo importante. Generar oportunidades a favor de la población que más lo necesita es, ante todo, una apuesta ética y debe estar desprovista de cualquier tinte político. Confiamos en que los próximos 250 días sean de acciones efectivas en esa línea. No hay más tiempo que perder.

(*) Profesora principal PUCP. Exministra de Desarrollo e Inclusión Social (noviembre 2020-julio 2021).