J. J. Maldonado: “No golpeo a nadie... con mi nuevo libro”
Escritor, periodista, autor de una nueva publicación de cuentos.
Por Bruno Cueva y Jalbi Romero
El escritor y periodista J. J. Maldonado nos presenta su libro Quien golpea primero golpea dos veces (editorial Campo Letrado), 6 relatos que se internan en los callejones de la psique mediante ironías, marchas violentas, ingenios argumentales y un dominio del lenguaje despojado de eufemismos.
B.C: Aparte del tratamiento de la violencia y la ruralidad, ¿cuáles son los temas que exploras en este libro?
La parte teológica. Estoy contaminado, en ese sentido, del mito cristiano. Empecé con la literatura bastante tarde; sin embargo, cuando era pequeño, leía relatos bíblicos porque mi familia es protestante. Este tema en unos cuentos es más explícito que en otros.
J.R.: El aspecto bíblico también puede ser tomado como una matriz para desarrollar muchas historias.
Por ejemplo, se da en ‘INRI’, el cuarto cuento. Más que hacer una parodia de la pasión de Cristo, quería desarrollar un juego verbal. La idea del libro, al menos como lo pensé, es explorar el lenguaje propio, una construcción que sea secreta o privada (…). En otros relatos dejo que el lenguaje se desborde y no se controle. Me gusta ese tipo de libros, donde la lírica avance de manera desbocada, al estilo Faulkner.
J.R.: En tu anterior libro, Los Buguis, el escenario fue Ñaña. Ahora viajamos de Alemania a Tokio o el Gólgota, incluso volvemos a Ñaña.
Ñaña será mi infierno temido: siempre regreso allí. Solo que había relatos que no podía ambientarlos en ese escenario. Si revisamos el primer cuento, ‘Ces’t la mort’, encierran al alemán en un corralón parecido a Ñaña; en ‘Valhalla’, vamos a un Tokio alternativo, medio cyberpunk... Mi intención es que los cuentos se relacionen más por el lenguaje y la voz, no tanto por lo otro.
B. C.: ¿Cuál crees que fue tu equilibrio para no pasarte del límite en las escenas de violencia?
Uno va ganando oficio mientras va leyendo, sobre todo. Hay que saber cuándo callar o decir más cosas. Pero también está el trabajo del editor, al tanto que te corrige diciéndote “oye, esto no va, debemos retirarlo”, “acá te pasaste de la raya”. La editorial Campo Letrado me ha ayudado bastante.
B. C.: En el cuento ‘INRI’ leemos a un Jesús ‘oscuro’, ¿eres consciente de que puedes generar controversia con los creyentes?
Ellos (mi familia) me están pidiendo el libro y trato de pasearlos a todos (risas). No sé qué irán a decir… tengo tíos pastores (…). Pero no sabría decirte si lo pensé oscuro, blanco, chino; no es mi intención parecer pluricultural.
J. R.: ¿Por qué le pusiste ese nombre a tu libro? ¿A quién golpeas?
No golpeo a nadie (risas)... El título encierra el espíritu de cada cuento. Siempre hay una lucha, desde el principio hasta el final. Los personajes se enfrentan contra ellos mismos o unas fuerzas imposibles de controlar.
J. R.: ¿Ya leíste los comentarios y las críticas?
Ha sido leído de forma rápida, eso me agrada. Los comentarios no son malos, incluso (la publicación) genera cierta discusión literaria. Por otra parte, cuando alguien dice que todo está bien es ‘sospechoso’; de seguro es porque solo ha visto la contratapa.