Propuesta para ampliar Siforpa II pone en riesgo ingresos de pescadores
Impacto. Son más de 4.000 embarcaciones que extraen pota en el Perú y el congresista Pazo Nunura busca extender su flota. Gremios nacionales e internacionales están en contra porque especie está “plenamente explotada”.
Más del 90% de la pota que se captura en aguas peruanas se destina a la exportación, una actividad que ha venido en ascenso desde fines de los años 90 y en el que hoy participan más de 4.000 embarcaciones. Su precio internacional por tonelada métrica (TM) supera los US$2.000, según el Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur).
Se trata de un recurso categorizado como “plenamente explotado” por el Imarpe y quiere decir que si se incrementa la flota que la extrae se puede poner en riesgo la disponibilidad del recurso a futuro, por ello cada año se establecen cuotas máximas de captura.
Sin embargo, el congresista Bernardo Pazo Nunura de Somos Perú viene impulsando el proyecto de ley 5496, el cual “fortalece el proceso de formalización de las embarcaciones pesqueras artesanales”, para sumar 2.012 embarcaciones a la extracción del recurso llamado también “calamar gigante”, a través del Sistema de Formalización Pesquera Artesanal (Siforpa II).
Por su parte, el Ministerio de la Producción (Produce) ya dio a conocer su opinión técnica. Afirma que aunque Siforpa II ya culminó, unas 1.027 solicitudes podrían ser parte de este proceso. Así de contradictorio.
De acuerdo con la Sociedad Nacional de Pesca Artesanal (Sonapescal), de aprobarse esta norma, los ingresos de los pescadores bajarían en 50%, pues si bien de enero a junio se registró un récord en desembarque de pota –un 150% más que el año previo–, los meses posteriores no han sido tan fructíferos, por lo que los pescadores deben pasar más horas en el mar y recorrer distancias más largas para encontrar al codiciado invertebrado.
A ello se le debe añadir que la cadena de producción de pota involucra a los armadores, trabajadores de las procesadoras, los estibadores y demás, entre otros actores.
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“Nos falta ahora tener equipos, mejor tecnología para encontrar el recurso porque el pescador se guía por las corrientes, los vientos, la luna. Si un compañero encontró pota en un punto, le pasa la voz a un amigo y así todos corren a ese lugar, entonces ellos están así a la deriva”, explica a La República Elsa Vega, presidenta de Sonapescal.
Oposición irternacional
Más de 60 organizaciones peruanas como la Sociedad Nacional de Industrias (SNI), la Sociedad Nacional de Pesquería (SNP) o la Cámara Peruana del Calamar Gigante (Capecal) han rechazado la iniciativa 5496, señalando que “lo único que se estaría logrando es permitir que ingresen embarcaciones que se construyeron de manera ilegal desde el 2018”.
A ellos se sumaron 20 empresas internacionales –estadounidenses y europeas– mediante una carta enviada al Congreso, donde señalan que les preocupa que se esté “perjudicando la reputación y la credibilidad alcanzada por Perú en los mercados” donde actualmente operan.
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China, principal destino de la pota peruana
La exportación de pesca para Consumo Humano Directo (CHD) entre enero y agosto del 2023 sumó US$1.323 millones 422.000, un 21,8% más que el mismo periodo del año anterior, informó la Asociación de Exportadores (ADEX).
El crecimiento se explica en parte por una mayor demanda de pota (US$717 millones 888.000), 104,4% más que en el 2022 (US$351 millones 180.000).
La pota se comercializó en varias presentaciones: congelada, harina residual, en conserva y fresca.
Sus principales destinos fueron China, Corea del Sur y España.
La palabra
Elsa Vega Pardo, presidenta de Sonapescal
“Nos vamos a llenar de embarcaciones de madera y el mar se va a convertir en un cementerio de embarcaciones en unos 5 años, ¿y qué vamos a tener para el futuro?; los pescadores ¿de qué van a vivir?”.