Entrevista a Romero Grompone. Sociólogo uruguayo radicado en el Perú, investigador principal del Instituto de Estudios Peruanos (IEP) y profesor de la jesuita Universidad Antonio Ruiz de Montoya.,El sociólogo Romero Grompone analiza el primer mensaje presidencial de Pedro Pablo Kuczynski. No ve problema en que no haya mucho detalle porque es un discurso de asunción, pero sí nota un cambio en el pensamiento pro economía de mercado. Un giro importante que Kuczynski parece habernos anunciado. ¿Cuál es su primera impresión del mensaje presidencial? Positiva. Un discurso más innovador de lo que uno espera. Tiene que ver con una evolución de los partidarios de la economía de mercado: que ya no puede prescindirse del Estado. Fueron mucho más acentuados los pronunciamientos sobre políticas sociales que de crecimiento económico, pese a que el Perú ha seguido desde el 92 un mismo matriz de crecimiento. Esto marca cambio. ¿Y la mención a Belaunde? No fue casual. Recalca el imaginario de Belaunde y la época de gobiernos desarrollistas. Tiene que ver con la idea de que hoy se necesita más Estado, giro cultural importante del clásico pensamiento de economía de mercado. En campaña, Kuczynski llegó a decir que es progresista. No fue un discurso progresista, pero sí orientado a un cambio donde el Estado tiene protagonismo fuerte. No que interviene para corregir imperfecciones del intercambio económico y que el crecimiento solo solucionará la política social. El discurso inició enfatizando temas de salud, justicia, educación de calidad. Estuvo más centrado en un cambio de lo que yo esperaba. ¿Un rumbo desarrollista? Necesita dar un giro que no estoy convencido del todo si lo dará. Que plantee como ejes prioritarios de su nuevo gobierno agua y desagüe, educación de calidad, salud pública, formalización, extensión de infraestructura, inseguridad, desarrollo y problema de discriminación… Esas metas son casi todas de impacto social. No puedo saber si es un compromiso o no, se tienen que ver las cifras presupuestales. ¿Le llamó la atención que no habló mucho de seguridad? Sí. Y dijo cosas algo sorpresivas para lo que esperaba de él. Habló de espacios públicos, calles no enrejadas, más que medidas de represión. Imagino que hablar de la refundación de la policía puede ser muy desafiante en primer momento. Allí hay tema pendiente. Sí acentuó el tema de corrupción. ¿Cómo lo entiende? Acentuó. Por convicciones republicanas, no soy muy partidario de crear instituciones ad hoc, zares, salvadores fuera de las instituciones. No sé qué está pensando pero fue bastante prudente. Habló de crear una nueva autoridad. ¿Sería algo efectista? No es eso. Plantea reformar policía y Poder Judicial. Allí tendrá obstáculos. Creo que el fujimorismo se opondrá, en otras medidas de políticas más sociales no podrá. ¿El énfasis en la informalidad es una novedad? Discrepo en que el problema de la formalidad sea solo de reducción de impuestos y facilidades crediticias. Tomar la informalidad en bloque es un error conceptual. Hay varias situaciones. No puedo ver un autoempleado que vende golosinas como al pequeño empresario. Y las pequeñas empresas tienen elevada tasa de mortalidad. Se necesita hacer una reflexión más profunda. ¿En la lucha contra la pobreza es mejor el enfoque? Fue positivo decir: “No queremos que quienes han salido de la pobreza vuelvan a esa condición". Entendió que hay un tránsito importante que depende de sitios económicos y de políticas sociales. Pidió unión. ¿Es posible? La unión depende de superación de obstáculos económicos, políticos y culturales. Este país está segmentado. En su formulación sobre la unión, está el temor a una polarización política. Una organización sin estructuras estables partidarias para negociar es más imprevisible. Tenemos polarización resultado de la campaña, una por la intransigencia del fujimorismo, y los partidos no son capaces de dar canales de diálogo estables. ¿Unión para conjurar esos? Sí. Será difícil: no tiene aparato ni mayoría. Surge algo en parte del azar: salida de Guzmán, miedo a Mendoza, resistencia al fujimorismo y errores de este. Es una base bastante endeble. Y le abro más margen de confianza a Kuczynski que a buena parte de su gabinete, pero pueden entender el cambio de época. Supone un repliegue de gobiernos de izquierda de la región pero también comprender por qué ganaron. Los gobiernos de derecha tienen que virar al centro porque si no pueden perder apoyo social. En ese sentido se explica el giro de Santos y el giro de Kuczynski. Sobre las inversiones, dijo que él iría a persuadir a las comunidades. ¿Es más un sueño? Eso es más fácil decir que hacer. De repente lo cree pero no lo logra. Probablemente tiene esa voluntad. Además, no todo conflicto termina en manifestación y protesta. Tiene que ver con las condiciones de negociación donde hay muchos protagonistas. Habló de reformar la justicia, pero no dijo cómo. Debe ser independiente pero ha tenido un espíritu más corporativo, cerrado, sueldos poco atractivos. Supone dar más recursos y una reforma. Y habrá obstáculos en la misma corporación. No se puede cortar de un tajo, pero hacerlo gradual es muy complicado. ¿No le faltó energía y precisión sobre algunos temas, mostrar que entra a comerse pleitos? Ser enérgico no es el tono rígido, sino saber transmitir con claridad decisiones. Yo puedo decir “estas son mis decisiones, no las cambio”. Lo puede decir estilo líder democrático pero sí inmodificable, me parece que nuestra ausencia de tradición republicana busca más un pronunciamiento ostentoso que decisión firme. Si se mantiene en sus decisiones firmes, si las transmite con claridad, yo creo que lo pude lograr. Es que no puede estar en un gobierno dividido y hay cosas que tiene que ir todavía definiendo. Y no puede estar en un gobierno dividido.