Vigencia del Estado de derecho y fortalecimiento de las instituciones marcaron la campaña electoral en la segunda vuelta. Analistas explican cómo han llegado ambos candidatos al día de los comicios, hoy, y su principales aciertos y errores., Los últimos días de la campaña electoral estuvieron marcados por un intercambio de pullazos intercalados de propuestas que, por momentos, parecían una competencia de ofertas. Pedro Pablo Kuczynski y Keiko Fujimori se jugaron todas sus cartas en la carrera para llegar a Palacio de Gobierno. PUEDES VER: Gerente de empresa que trasladó material electoral en vehículo con propaganda de Keiko es cercano a Fidel Ramírez Kuczynski cerró el jueves su campaña con un multitudinario mitin en la Ciudad Blanca, donde antes obtuvo su más alta votación. Tras las comparsas del tradicional carnaval arequipeño se dio su último baño de popularidad. “Tenemos que hablar claro. El Perú el domingo decide por qué camino va a ir. ¿Vamos a poner la marcha atrás hacia la oscuridad, la corrupción, las coimas? ¿O vamos a ir hacia adelante?”, proclamó. Fujimori cerró su campaña proselitista con una concentración en Villa El Salvador, donde se bailó al ritmo de Corazón Serrano, Río y la Sociedad Privada, así como el cumbiambero Deyvis Orosco, entre otros. Reiteró sus propuestas y aseguró que "el futuro está en marcha”. El viernes, último día para hacer propaganda electoral, ambos candidatos a la Presidencia se pasearon por radios y canales de televisión haciendo sus últimas exhortaciones, sin dejar de lanzar críticas a los planteamientos del otro. No faltaron referencias a lo que implica esta elección en la continuidad de la democracia. “Los experimentos del Perú con la autocracia y la dictadura no han sido buenos. Esos gobiernos han terminado mal”, dijo Kuczynski, en clara alusión al régimen de los años 90. Mientras que Fujimori -quien fue primera dama en el gobierno de su padre, hoy sentenciado por corrupción y violación a derechos humanos- afirmó que con ella “la democracia no está en riesgo”. Precisamente este tema ha tenido una marcada presencia en las últimas dos semanas de la campaña electoral, sumada a las denuncias que vinculan al entorno más cercano de la candidata de Fuerza Popular con el lavado de dinero y el narcotráfico, y la manipulación de audios entregados por el aspirante a la vicepresidencia y secretario general del partido fujimorista, José Chlimper para desacreditar un reportaje periodístico. Como se recuerda, a mediados de mayo Cuarto Poder emitió un informe en el que el piloto Jesús Vásquez reveló que por indicación de la DEA (Drug Enforcement Administration) grabó al congresista de Fuerza Popular, Joaquín Ramírez, quien le dijo que Keiko Fujimori le entregó 15 millones de dólares en 2011 para lavarlos a fin de utilizarlos en la campaña electoral de ese año. Una semana después, apareció un audio editado en el que Vásquez parecía afirmar que había mentido. Pocos días después Chlimper admitió haberlo facilitado a otro canal de televisión, aunque negó haberlo manipulado. Vigencia democrática Los analistas David Sulmont y Romeo Grompone coincidieron en que en el último round electoral, la vigencia de la democracia, así como las acusaciones que asocian al círculo más cercano de la candidata de Fuerza Popular con el crimen organizado, han tenido un papel muy importante. Sulmont, director del Instituto de Opinión Pública de la Pontificia Universidad Católica del Perú, señaló que Keiko Fujimori ha hecho una campaña tratando de conectarse con sectores populares mostrándose como la encarnación de un renovado fujimorismo, pero apelando a las mismas relaciones clientelistas con la población, que le ayudó en la primera vuelta. Sin embargo, las denuncias contra algunos altos dirigentes de su partido podrían terminar por pasarle factura. Refirió que en los últimos días se ha evidenciado una “cultura fujimorista que no se ha desligado de sectores cuestionables por sus presuntos vínculos con el lavado de activos y el narcotráfico, ni de intentos por manipular información, a lo que se suma una serie de alianzas con grupos que optan por mantener la informalidad como espacio de actividad económica, como los mineros ilegales y pseudo sindicatos de construcción civil”. Indicó que a estos sectores no les conviene un Estado fuerte y regulador que imponga la ley o el Estado de derecho. Por ello, la candidata se ha concentrado en prometer obras y cosas que no tienen que ver con el fortalecimiento de las instituciones. “La Fujimori de Harvard ya fue, aparece como una pantalla que ha sido dejada de lado. Si gana Fujimori no va a tener necesidad de cerrar el Congreso porque tiene mayoría. El riesgo es si para el 2021 tendrá la tentación de modificar las reglas para beneficiarse y mantener el poder”, advirtió Sulmont. Importante giro Grompone, investigador principal del Instituto de Estudios Peruanos (IEP), puntualizó que un punto de inflexión fue cuando Kuczynski comenzó a articular el concepto de democracia con la eficacia para mantener el orden y la seguridad. "A la claridad de sus planteamientos con respecto a las primeras semanas, se sumaron las denuncias sobre lavado de activos. Los efectos que estas tendrán los veremos tras la votación, pero sí refuerza la idea de que es necesario fortalecer a las instituciones para acabar con este tipo de delitos", expresó. Recordó que, sin embargo, el Perú es uno de los países con más desconfianza en sus instituciones democráticas, por lo que mucho dependerá de si el candidato de Peruanos Por el Kambio transmitió con suficiente fuerza lo que haría para que -de llegar a la Presidencia- estas instancias los incluyan y resuelvan sus problemas. En ese sentido, Grompone comentó que Kuczynski tenía que haber enfatizado de forma más coloquial y menos técnica, sus propuestas para reformar el Poder Judicial, entre otras entidades públicas, así como en la lucha contra la inseguridad ciudadana. Agregó que un sector importante de la población ha tomado en cuenta que algunos cuadros políticos de Fuerza Popular evocaban con fuerza al "fujimorismo histórico" que, a excepción del ex pepecista Luis Galarreta, se les nota muy poca disposición de apertura."Queda la duda de si tendrá el mismo efecto en los sectores rurales que constituyen una votación adherida al fujimorismo", comentó. En estas condiciones llegan los candidatos a la elección de hoy, que definirá el rumbo que tomará el país en los próximos cinco años.