Este es un momento crucial para la presidencia de PPK.,El Perú atraviesa un momento complejo por el empobrecimiento de la perspectiva debido a la confluencia de problemas que llevan a pensar que el 2016-2021 puede ser un lustro fallido, lo cual demanda una respuesta del presidente Pedro Pablo Kuczynski que busque un cambio de rumbo con el fin de evitar una parálisis o, incluso, el descarrilamiento. Los enredos andan por todo lado, empezando por un gobierno parsimonioso para encarar problemas que traban su desempeño del lustro. Como la huelga de maestros que ya acabó pero dejando triturada la imagen del gobierno, tanto por su duración como por reforzar la impresión de su precariedad para enfrentar estos problemas tras el (no) lanzamiento del proyecto de Chinchero. El contexto ha sido aprovechado dentro y fuera del gobierno, empezando por los reclamos de dirigentes de un partido inexistente como PpK, sin conexión con PPK, y con disparos como el de Jorge Villacorta –“el gabinete Ku Klux Klan”– que podrían incomodar hasta a los chaveteros más reconocidos del fujimorismo. De fuera está el recrudecimiento del embate de Fuerza Popular y el Apra con posiciones cada vez más prepotentes y menos racionales que ponen de manifiesto su objetivo coincidente de tumbar al gobierno de PPK. La impericia del gobierno y la matonería de la oposición están construyendo el escenario para una perspectiva bastante negativa no obstante haber señales de que la economía empieza a moverse. Pero esa tendencia se caerá si la escena política sigue marcada por un gobierno débil e inexperto que busca agradar a sus opositores para sobrevivir, y una oposición fuerte y artera que pretende magullar al Ejecutivo para fortalecerse para las próximas elecciones y para evitar que metan presos a sus líderes por corruptos. La drástica caída del mes en la aprobación de PPK constituye una expresión del creciente descontento de la población por el gobierno y con la oposición, pero se concentra en el presidente pues a él le corresponde realizar el giro que cambie el rumbo. Decir que “no creo nada en esa encuesta, pues para bajar de 31 a 19 puntos tiene que pasar algo catastrófico” no parece acertado. Sin acciones guiadas por un sentimiento catastrófico, pero actuando con realismo y rapidez, este es un momento crucial de su presidencia en el que PPK debe recuperar el control de la agenda política para marcar una pauta distinta porque la del primer año no le ha servido mucho para liderar el país.