La capital económica de China, Shanghái, pone fin al confinamiento estricto contra la COVID-19. Este 1 de junio, dejaron de estar en vigencia una serie de medidas que venían acatando los ciudadanos desde hace dos meses. Con casi 25 millones de habitantes, la ciudad se reconecta a la realidad y varios civiles reinician sus vidas, pero con cuidado, ya que la reapertura es paulatina. Los colegios abrirán parcialmente y se verificará si los estudiantes son aptos para asistir presencialmente, los establecimientos de gran congregación también reabrirán gradualmente y las personas deberán hacerse pruebas de descarte cada 72 horas. “Nadie debe imponer restricciones a los residentes para entrar o salir de los complejos residenciales, excepto aquellos en áreas de riesgo medio y alto o en áreas sujetas a limitación en la libertad de movimientos”, mencionó la agencia estatal Xinhua para EFE. Video: France24
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