El robo se produjo en Bogotá, al centro de Colombia. Los delincuentes amenazaron al conductor con un revólver para arrebatarle sus pertenencias, cuyo valor comercial total ascendía a 12.000 dólares; sin embargo, fueron detenidos en su huida luego de que la víctima los arrollara con su auto. Además, el conductor del vehículo manifestó al medio El Tiempo que su reacción de embestir a los ladrones “no fue justicia por mano propia, sino legítima defensa y que sean los Jueces de la República quienes se encarguen de impartir justicia a estos criminales”.