Un poemario cada tantos años. Falso politólogo. Periodismo todos los días. Natación, casi a diario. Doctor por la UNMSM. Caballero...
En un sentido laxo, podría decirse que el novelista Mario Vargas Llosa ha recibido algo de su propia medicina. En Mi verdadera historia, Isabel Preysler cuenta pormenores de su larga relación con Vargas Llosa. Este hizo algo parecido con La tía Julia y el escribidor (1977), donde el romance con Julia Urquidi fue usado como material para un libro.
La tía Julia evoca a la Kathie de su obra de teatro Kathie y el hipopótamo (1983), donde un romance suyo fue aprovechado para mayor gloria de la literatura. Pero la protagonista de la obra (todo Lima supo quién era) no se hizo mayores problemas con este asunto.
En cambio, Urquidi se cobró la revancha con la crónica Lo que Varguitas no dijo (1983), donde relata su propia versión de aquella relación. Ahora se dice que la familia de Vargas Llosa está estudiando si enjuiciar a Preysler por sus comentarios y por haber publicado ocho jugosas cartas sobre ese publicitadísimo romance de sociedad.
Aparte de contar su propia vida, algo que un biógrafo había hecho antes, la autora tiene como objetivo rectificar las que considera versiones tendenciosas o directamente falsas de su relación con Vargas Llosa. Son ideas que se pueden resumir en que el escritor fue muy infeliz a su lado. Preysler busca desmentirlo en detalle.
Lo de más impacto en el libro, aunque no parece material judicial, es la diferencia entre las buenas relaciones con sus parejas anteriores a Vargas Llosa y las cajas destempladas que marcaron el fin de la relación con él, entre frases fuertes como “mi casa no es un hotel”. El largo libro no anuncia un final tan fuerte.
Indignó a Preysler que se dijera que ella le cobraba al escritor €80,000 mensuales por vivir en su casa de Madrid. Su versión es que Vargas Llosa usufructuaba los servicios de la mansión sin dar retribución alguna. Si llega a haber un juicio, todo eso va a ventilarse, junto con detalles que no aparecen en el libro, pero saldrán en ¡Hola!.
Las ocho cartas profundamente íntimas que Vargas Llosa dirige a Preysler, y que ella publica, ya deben estar bajo las lupas de varios abogados. Haberlas publicado es su venganza contra el apasionado amante que dio a entender que se cansó de ella y contra la viuda que lo acogió en sus últimos años. Es una revelación indiscreta. ¿Y eso qué?

Un poemario cada tantos años. Falso politólogo. Periodismo todos los días. Natación, casi a diario. Doctor por la UNMSM. Caballero de la Orden de las Artes y las Letras, Francia. Beca Guggenheim. Muy poco X. Cero Facebook. Cero Instagram, cero TikTok. Poemario más reciente: Chifa de Lambayeque (Lima, Personaje Secundario, 2024). Próximo poemario será la quinta edición de Sobrevivir. Acaba de reeditar el poemario Los asesinos de la Última Hora (Lima, Cepo para Nutria, 2025).