Abogado y Magister en derecho. Ha sido ministro de Relaciones Exteriores (2001- 2002) y de Justicia (2000- 2001). También presidente...
El régimen actual es el retrato de un poder que ha elegido sostenerse en la violencia antes que en una escurridiza legitimidad. Y lo hace porque carece de argumentos y sabe que la población lo percibe como lo que es: un gobierno inepto e inoperante, orientado a los beneficios individuales de los pocos que detentan el poder.
Para que no quede duda, su balance es la inoperancia total en la lucha contra el crimen organizado, la ausencia de visión para construir futuro y esperanza, la corrupción sistemática, la indiferencia social frente al hambre y la precariedad de millones, la represión policial como respuesta a la protesta ciudadana y la pérdida absoluta de credibilidad ante la comunidad internacional.
Los peruanos no parecen resignarse a esta farsa. El 2026 será el momento de decidir entre prolongar esta decadencia, con algunos de los partidos que hoy gobiernan, o abrir un nuevo capítulo. No basta con cambiar nombres: necesitamos un gobierno y un Congreso radicalmente distintos, comprometidos con la justicia, la democracia y la vida digna.
Y esa reconstrucción pasa por la verdad. Un nuevo gobierno debería convocar una Comisión de la Verdad sobre las tropelías producidas por este régimen.
Sería pertinente solicitarle al Papa Leon XIV que designe a quien encabece la Comisión, escogiendo entre uno de los actuales obispos peruanos. Principalmente, al cardenal y arzobispo de Lima, Carlos Castillo Mattasoglio, reconocido teólogo y, además, sociólogo. Los respectivos hallazgos y conclusiones podrían conducir a que la justicia identifique las responsabilidades penales y políticas de quienes han hecho de la corrupción, la represión y la inoperancia su letal marca registrada.
Así, el país podrá cerrar esta etapa oscura y empezar de nuevo.
No se trata de olvidar, sino de exigir justicia para los jóvenes asesinados en las calles, para las víctimas del crimen ignoradas por el Estado, para un pueblo que merece mucho más que un gobierno incapaz y corrupto.

Abogado y Magister en derecho. Ha sido ministro de Relaciones Exteriores (2001- 2002) y de Justicia (2000- 2001). También presidente de la Corte Interamericana de Derechos Humanos. Fue Relator Especial de la ONU sobre Independencia de Jueces y Abogados hasta diciembre de 2022. Autor de varios libros sobre asuntos jurídicos y relaciones internacionales.