En una sesión de la Comisión de Fiscalización, realizada ayer, el ex primer ministro Alberto Otárola confirmó lo que era un rumor a gritos. La presidenta Boluarte se sometió a una cirugía plástica de nariz y estuvo convaleciente entre junio y julio del año pasado. Negó, sin embargo, que haya estado inactiva y por el contrario, quiso establecer que no dejó de mantener contacto con sus colaboradores. Hasta dirigió un consejo de ministros en forma virtual, según aseguró Otárola.
Lo que no pudo desmentir es lo que la ley obliga en casos como éstos. Es decir, dar parte al presidente del Congreso para que, ante cualquier eventualidad, no se produzca el vacío de poder. Las horas de la cirugía y las que tardó en restablecerse de la anestesia, por ejemplo, debieron ser de conocimiento del representante del parlamento, ante la inexistencia de la primera y segunda vicepresidencia.
¿Se trata de una infracción constitucional que puede devenir en una vacancia presidencial? Los especialistas aseguran que sí. Consideran que debío haberlo comunicado, porque el país corrió eventualmente el peligro de verse descabezado sin que se adoptaran las medidas de seguridad habituales en estos casos.
¿Procede la censura por esta infracción constitucional? Congresistas de la oposición señalan que se ha cometido un supuesto incluido entre las razones para la vacancia: el abandono de cargo.