Kamala superstar, por Ramiro Escobar

La elección de Walz, además, ha sido una jugada hábil porque se trata de un político que, por haber vivido también en el ámbito rural, puede jugarle en la misma cancha a J.D. Vance, el candidato a la vicepresidencia republicano, quien se vanagloria de ser de la ‘América profunda’

Cuando ya la campaña demócrata a la presidencia estaba casi en depresión, debido a las patinadas del presidente-candidato Joe Biden, cuando ya Donald Trump se sentía triunfador y redentor tras el infame atentado contra su vida, de pronto irrumpe como nueva candidata Kamala Harris, la vicepresidenta de EEUU. En un tris, la atmósfera electoral cambió.

Harris, que ya en 2020 había intentado ser candidata presidencial sin fortuna, ahora es la ya prácticamente nominada por el Partido Demócrata y ha demostrado tener virtudes: de manera rauda se ha empoderado, ha captado apoyos políticos y financieros, y sobre todo le ha inyectado a su campaña una cuota de entusiasmo que su partido necesitaba a gritos.

Trump, por supuesto, ha reaccionado burlonamente y ha levantado el viejo y cansado truco de que, tanto ella como su compañero de fórmula Tim Walz, son “izquierdistas radicales”. Aunque parezca increíble, en el país del Tío Sam hay quienes se creen eso como si fuera una revelación divina, a pesar de que la dupla demócrata solo llega a ser ‘progresista’.

En el ‘gran país del norte’, eso significa estar de acuerdo con la despenalización del aborto, con la ampliación de los derechos de las mujeres y la comunidad LGTBIQ, con el consumo recreativo de la marihuana, con un seguro de salud. Con impuestos a los más ricos, quizás, algo que ya existe en algunos estados. Pero de ningún modo es parecerse a Nicolás Maduro.

La elección de Walz, además, ha sido una jugada hábil porque se trata de un político que, por haber vivido también en el ámbito rural, puede jugarle en la misma cancha a J.D. Vance, el candidato a la vicepresidencia republicano, quien se vanagloria de ser de la ‘América profunda’. Los dados ya están jugados y, según las últimas encuestas, el marcador está reñido.

El tema palestino, sin embargo, puede ser un tumbo en la carrera de Harris-Walz. Si bien la vicepresidenta ha tomado leve distancia de la posición oficial israelí, la tormenta que se avecina en Oriente Medio puede tornar más nebulosas sus posiciones. Eso no le haría perder las elecciones, pero sí puede revelar cuánto le interesan, realmente, los derechos humanos.

Ramiro Escobar

Meditamundo

Lic. en Comunicación y Mag. en Estudios Culturales. Cobertura periodística: golpe contra Hugo Chávez (2002), acuerdo de paz con las FARC (2015), funeral de Fidel Castro (2016), investidura de D. Trump (2017), entrevista al expresidente José Mujica. Prof. de Relaciones Internac. en la U. Antonio Ruiz de Montoya y Fundación Academia Diplomática. Profesor de Relaciones Internacionales en la Pontificia Universidad Católica del Perú y Fundación Academia Diplomática.