Un riesgo de la próxima elección —en el 2026 o cuando sea— es que la ciudadanía irá a votar mucho más desinformada que en la de 2021, que terminó con el sorprendente y lamentable triunfo de Pedro Castillo.
Eso se concluye de la entrevista que ‘Ampliación de noticias’/RPP le hizo ayer a Patricia Zárate, jefa de estudios de opinión del IEP, quien destacó la desafección política creciente: “La gente busca, a medida que ve los escándalos de la política, mirar a otro lado”.
Una consecuencia de esta realidad, agregó Zárate, es el error de creer, como muchos, que una antipatía a un político de un 80% lo liquida, pues también significa una simpatía de alrededor de 20% que basta y sobra para meterse en la segunda vuelta, tal como, por ejemplo, le ha ocurrido varias veces a Keiko Fujimori.
Esta desafección por la política lleva a algunos políticos a promoverse en plataformas digitales con mensajes alejados de la política y centrados en asuntos cotidianos, como lo viene haciendo con entusiasmo Martín Vizcarra, el tiktokero principal del elenco político.
Asimismo, el papel creciente de las redes en desmedro de la prensa tradicional promueve la fragmentación de la agenda nacional en múltiples subagendas específicas por grupo de interés, un fenómeno que es mundial.
Por ejemplo, en el Reino Unido en 2022 se produjo la mayor caída histórica en la audiencia de televisión tradicional, mientras los jóvenes de 15 a 24 años están al menos una hora diaria en TikTok, informándose ahí de todo, incluyendo la política, lo que explica, por ejemplo, que los visitantes al museo Madame Tussauds ya no conocen a todas las personas de cera que ahí se exhiben.
La pérdida de interés por la política no tiene barreras ideológicas pues, desde la diestra hasta la siniestra, el rechazo es generalizado, incluyendo a las principales instituciones del país.
Todo lo cual debiera ser un asunto de interés de los medios, la academia y los políticos, los cuales, pese a todos los cambios que están ocurriendo en el mundo y en el país, siguen leyendo la realidad e informando sobre esta con patrones antiguos que coinciden cada vez menos con los intereses de sus audiencias y, en general, de la gente, especialmente de los jóvenes.
Economista de la U. del Pacífico –profesor desde 1986– y Máster de la Escuela de Gobierno John F. Kennedy, Harvard. En el oficio de periodista desde hace más de cuatro décadas, con varios despidos en la mochila tras dirigir y conducir programas en diarios, tv y radio. Dirige RTV, preside Ipys, le gusta el teatro, ante todo, hincha de Alianza Lima.