Mientras la cúpula política hace añicos la institucionalidad de nuestro país, en Cabanaconde (Caylloma, Arequipa) la vida tranquila se activa en la chacra, donde nace el maíz cabanita, símbolo eterno del pueblo. De colores intensos y diversos, este noble producto aporta no solo alimento y energía sino también ritualidad y respeto a las deidades cuando llega la siembra o la virgen de la candelaria está dispuesta para bendecir los choclos y estos al fin se puedan comer.
Entonces pienso en el esfuerzo diario por trabajar el campo, la andenería cubierta de maíces, la necesidad permanente de lluvias, el grano fresco que se convierte en llulloapi o mazamorra de maíz wawa. Entonces pienso en el espíritu ancestral que los acompaña y en el mensaje poderoso cuando las nubes se dispersan, revelando la figura majestuosa de una parihuana, señal de buen augurio, un mensaje del universo que asegura un año de cosechas abundantes y de bendiciones compartidas.
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Sabedores del lenguaje ritual de sus ancestros, Flora y Guido evocan el tinkamiento, aquel homenaje a las semillas antes entregarlas a la tierra, ya lista para recibirlas. La ceremonia central del saratarpuy los conecta con los apus, a quienes deben respeto y agradecimiento. Brindan con ellos y en repetidos momentos arrojan el pito (chicha y harina de maíz mezclados) por los aires comprometiéndose a responder ante el desafío de una buena cosecha. Ser recíprocos con la naturaleza asegura el bienestar y la convivencia. El maíz es un cultivo comunitario y cada comunero o comunera es responsable de su propia actividad que deviene en un acto mayor: el bien común.
Desde tiempos inmemoriales, el maíz cabanita ha desempeñado un papel fundamental en la vida de Cabanaconde. Es un insumo básico para el trueque o intercambio, y un ingrediente preciado en numerosos platos como el sango, la cancha y las humitas. Además, posee un gran potencial como producto para la panificación. Durante la pandemia, un grupo de mujeres se ha unido para iniciar un emprendimiento, transformando el maíz en galletas, bollos y pasteles, con el objetivo de sacar adelante a sus familias y a la comunidad que espera tu visita.
Comunicadora Social. Creadora del programa de televisión Costumbres. Personalidad Meritoria de la Cultura desde el 2015.