Un diario informa que Leslie Urteaga, ministra de Cultura, fue bloqueada en su intento de visitar la fiesta puneña de la Candelaria. Sus bloqueadores afirman que la fallida visita fue una provocación, pero igual se le podría haber considerado un intento de reconciliación. Sin embargo, es un hecho que Puno sigue furioso con el Gobierno.
Llama la atención que Urteaga haya hecho el intento, cuando circulaba la versión de que Dina Boluarte había desistido de la misma visita. Además la ministra viene de haber participado en el clima de aspereza de Aguas Calientes (Machu Picchu). Tan polémica se ha vuelto que quizás su viaje a la Candelaria podría ser otro episodio de fake news.
Se percibe entre las autoridades, los dirigentes y los agitadores de algunas regiones una suerte de nueva forma de territorialidad. Esta consiste en atribuirse el derecho de limitar la circulación de congresistas y ministros. Quizás eso va con el interés en citarlos a la hora de las mesas de negociaciones en diversos temas.
Una manera de ver estos vetos es como parte de la lucha por las multitudes (votantes) en las calles. Es decir que hay mandones locales que no quieren competencia, aun si esta consiste en una presencial oficialista impopular. Quizás veamos más de esto a la hora de las giras de campaña electoral: solo mi candidato puede pasar.
Una región ofendida, con toda razón, por haber sido descalificada como peruana, hace mal en responder levantando una barrera contra la ministra de Cultura en lo que, según la versión del diario La Razón, fue un conato de agresión física, con tomates y otros productos. La cosa no pasó a mayores, pero ha dejado un muy mal sabor.
Quizás el propósito de Urteaga fue aliviar la mala sangre que hoy circula entre Puno y el Gobierno. Es cierto que traía prendido el relativo éxito frente a las mafias de la taquilla cusqueña. Pero la Candelaria no parece haber sido ni el momento ni el lugar para lanzarse a la diplomacia interprovincial sin, que se sepa, preparativo alguno.
Haber sido bien recibida en Puno le hubiera creado a Urteaga problemas con Boluarte. Seguramente la eficiencia de Urteaga en unas áreas (no en otras, como los museos) ya de por sí levanta cejas en el gabinete. Que invite al gobernador puneño a Lima. Acepte o rechace, un punto para ella.
Un poemario cada tantos años. Falso politólogo. Periodismo todos los días. Natación, casi a diario. Doctor por la UNMSM. Caballero de la Orden de las Artes y las Letras, Francia. Beca Guggenheim. Muy poco twitter. Cero Facebook. Poemario más reciente, Las arqueólogas (Lima, AUB, 2021). Próximo poemario, Un chifa de Lambayeque. Acaba de reeditar la novela policial Pólvora para gallinazos (Lima, Vulgata, 2023).