Tercera guerra mundial, por Augusto Álvarez Rodrich

Ya no es una simple pregunta, sino un riesgo creciente mayor.

Esta columna preguntó a inicios de noviembre si, tras el atentado de Hamás y la respuesta de Israel, el conflicto en Gaza podía escalar a una tercera guerra mundial, y lo que ocurre en esa y otras zonas apuntan a que este riesgo creciente ya pasó de los signos de interrogación a los de exclamación.

Cien días después del 7 de octubre, miles de israelíes marchan en Tel Aviv por el rescate de 130 rehenes aún en cautiverio, y hay protestas en muchos lados por los 24 mil palestinos muertos.

Egipto reemplazó a Qatar como mediador en Gaza, pero no hay señales de que esta guerra vaya a parar pronto y sí, en cambio, de que se expandirá, como con el ataque de Estados Unidos y el Reino Unido a los rebeldes hutíes en Yemen por su agresión a buques comerciales en el Mar Rojo, otro grupo terrorista que, como Hamás, es financiado por Irán para destruir a Israel.

Por su parte, The Economist opina que “bajo el liderazgo de Benjamin Netanyahu, Israel está cometiendo errores que socavan su propia seguridad”.

A su vez, el conflicto en Ucrania por la invasión rusa ha llegado a un punto muerto donde sigue muriendo gente, en una guerra sin solución a la vista y que ya es paisaje natural de Europa, con el agotamiento de occidente para ayudar a Zelenski y sus expresiones de que así se vuelven cómplices de Putin.

Mientras eso ocurre, China trató de convencer a Taiwán que no votara por William Lai Ching-te como presidente por su posición independiente frente a China, y este gobierno ahora se dispone a hacer todo para que sepan que cometieron un error al elegirlo el domingo, y Estados Unidos reitera que su apoyo a la isla es “sólido como una roca”. En ese contexto, Irán coquetea con Rusia y China, al igual que Corea del Norte, y la India asume posiciones nacionalistas y autoritarias en su país.

Por si esto fuera poco, Donald Trump se perfila electoralmente. Su triunfo, coinciden todos los análisis mundiales serios, sería el principal riesgo para la estabilidad mundial futura.

Razón tenía Henry Kissinger poco antes de morir cuando dijo que “mi pesadilla es que pudiera repetirse algo semejante al estallido de la Primera Guerra Mundial”, mientras Elon Musk dice que “nos dirigimos a la Tercera Guerra, que sería la aniquilación del mundo”.

Augusto Álvarez Rodrich.

Claro y directo

Economista de la U. del Pacífico –profesor desde 1986– y Máster de la Escuela de Gobierno John F. Kennedy, Harvard. En el oficio de periodista desde hace más de cuatro décadas, con varios despidos en la mochila tras dirigir y conducir programas en diarios, tv y radio. Dirige RTV, preside Ipys, le gusta el teatro, ante todo, hincha de Alianza Lima.