El pasado jueves 4 de enero, el ministro de Economía, Alex Contreras, despertó con la convicción de renunciar a su cargo, o al menos eso fue lo que hizo creer a algunos medios de comunicación, entre ellos, esta casa periodística. Si bien pudo aclarar más temprano la “especulación” sobre su eventual salida, prefirió las cámaras luego de reunirse con Dina Boluarte. Allí lo negó todo.
Más allá del amague de renuncia del ministro, valdría la pena preguntarse cuánto coadyuva esto para remontar el partido de la recesión, pues sin duda episodios como este agudizan el clima de inestabilidad y desconfianza, tanto como política como económica.
De acuerdo con la última encuesta de expectativas que mes a mes publica el Banco Central, los resultados son casi los mismos desde hace más de un año: las promesas y ofrecimientos del Gobierno no calan en los empresarios, en los dueños de negocios y emprendedores.
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En diciembre 2023, de los 18 indicadores (de corto y largo plazo), solo seis se encuentran en el tramo optimista. Desde hace 33 meses las expectativas de corto plazo son negativas.
Además, si la inversión pública, de corto impacto real en la producción nacional, era la apuesta para relanzar la economía el año pasado, pues solo avanzó un tímido 3%. Antes de diciembre acumuló cinco meses consecutivos de caída.
Y las malas noticias no dejan de llegar. Los ingresos tributarios cayeron a doble dígito en 2023 y acumularon una caída de 12,3%, poniendo en riesgo presupuestos ya asignados. Se reconfirma así que el 2023 será la caída del PBI más profunda en 25 años fuera de la pandemia.
Queda claro que para el 2024 la tarea es la reactivación y no el rebote estadístico, pero hoy el partido ya va 0-1 en contra, y nuestro delantero centro no sale del offside.
Editor de la sección de Economía. Periodista de la Universidad de San Martín de Porres, con más de 15 años de experiencia, con especialización en temas minero energéticos. Dos veces ganador del concurso periodístico Ramón Remolina Serrano de la Cámara de Comercio de Lima. Cuenta con un Diplomado en Comunicación, Periodismo y Sociedad en la Universidad Esan.