La protesta contra una plataforma moderna y transparente para la venta de tiques de entrada a Machu Picchu es otra expresión de un mercantilismo ramplón que en el Perú y en muchos lados —como en Argentina, donde Javier Milei busca erradicar un sistema estrafalario— atenta contra el bienestar colectivo en beneficio del interés particular, camuflándolo con argumentos supuestamente nacionalistas.
Cualquiera que haya intentado visitar Machu Picchu podrá haberse dado cuenta de que el sistema de venta de entradas es un escándalo por su obsolescencia —se creó en 2004— en la que casi todo se hace en efectivo.
El esquema se pervirtió aún más cuando la exministra de cultura Betssy Chávez —hoy en la cárcel por golpista— decidió, con el espíritu más populista y cutre que caracterizó al gobierno del otro interno Pedro Castillo, darle mil entradas diarias al poblado de Aguas Calientes que se venden en una ventanilla haciendo unas colas infernales.
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Para corregirlo, el ministerio de cultura realizó un concurso para contar con una plataforma moderna y transparente que permita comprar la entrada con cualquier medio de pago, que fue ganado por la empresa Joinnus.
El beneficiario será la ciudad de Aguas Calientes y el Cusco en general, además del país, pues se atraerá más turistas, en un contexto de cuatro años de crisis del turismo nacional.
El mercantilismo vive en algunos sectores empresariales que quieren conservar prebendas; en el estado con un Petroperú que solo vive de la teta del erario; y en una izquierda que defiende a mafias como las instaladas en torno a los servicios vinculados a Machu Picchu mediante un sistema corrupto que tiene capacidad de protesta y que enarbola argumentos supuestamente nacionalistas para asustar al gobierno para que demore la instalación del nuevo sistema de venta de entradas.
En el Perú se ha avanzado en la lucha contra el mercantilismo, pero aún falta mucho por combatir, como en muchos otros países, como Argentina, donde Milei debe desmontar un sistema económico corrupto que se camufla de nacionalista y que solo defiende intereses particulares subalternos en vez del bienestar general. Mercas hay en todo lado, a diestra y siniestra.
Economista de la U. del Pacífico –profesor desde 1986– y Máster de la Escuela de Gobierno John F. Kennedy, Harvard. En el oficio de periodista desde hace más de cuatro décadas, con varios despidos en la mochila tras dirigir y conducir programas en diarios, tv y radio. Dirige RTV, preside Ipys, le gusta el teatro, ante todo, hincha de Alianza Lima.