Crimen entró con alfombra roja a palacio, por Augusto Álvarez Rodrich

La política peruana es el gran aliado de economías ilegales.

El ataque a Poderosa coincide con el primer aniversario del golpe de Pedro Castillo, cuya presidencia constituyó un grave riesgo nacional por ser el período en el que las economías ilegales y los restos de Sendero estuvieron más metidos en palacio de gobierno.

En ese sentido, el exministro del interior Rubén Vargas comentó ayer en ‘4D’ de LR+ que “el gobierno de Castillo fue el momento cumbre de esa alianza entre economías ilegales y poder político en el Perú, el momento más cínico en la historia de nuestra república, de cómo estas economías criminales entraron por la puerta grande con alfombra roja a palacio de gobierno para defender sus intereses, un momento bastante oscuro y terrible para el país”.

Como ocurre con los grandes problemas nacionales, para los que no existen respuestas sencillas ni soluciones fáciles, la institucionalidad peruana pretende evitar advertir que el crimen organizado está capturando el territorio mediante el establecimiento de ‘zonas liberadas’ del mismo modo como lo hacía el grupo terrorista Sendero Luminoso hace un par de décadas, contando con la complicidad de varios sectores de la política nacional.

Muchas respuestas a los problemas nacionales pasan por decisiones que se deben tomar en el ámbito de la política, pero los políticos suelen ser los obstáculos mayores, principalmente porque no les conviene que se apliquen pues se benefician del desastre.

Así como los políticos se oponen a la reforma política que le convendría al país, pero no a ellos que usufructúan el caos, en la política hay sectores vinculados y pagados por el crimen organizado con la misión de ser ‘chalecos legislativos’ de las economías ilegales.

Con los US$8.000 millones anuales que generan —la mitad de los cuales son de la minería ilegal— se puede comprar, como en la célebre canción de Alfredo Sillau, ‘Las torres’, que tocaban los NSQNSC, a todos los que haga falta para favorecer su avance.

Pedro Castillo significó un grave riesgo para el Perú pues su presencia en palacio fue lo más cercano al gobierno de las economías ilegales, pero su caída, hace un año, no ha erradicado a los que ya estaban antes que él llegara ni a los muchos que con él llegaron al estado con mucha más fuerza.

Augusto Álvarez Rodrich.

Claro y directo

Economista de la U. del Pacífico –profesor desde 1986– y Máster de la Escuela de Gobierno John F. Kennedy, Harvard. En el oficio de periodista desde hace más de cuatro décadas, con varios despidos en la mochila tras dirigir y conducir programas en diarios, tv y radio. Dirige RTV, preside Ipys, le gusta el teatro, ante todo, hincha de Alianza Lima.