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El pueblo no se equivoca, por Hugo Otero

“Como Castillo, Milei obtuvo su mayor votación en provincias, donde se concentra el descontento y donde ganó de manera aplastante”.

La impresionante victoria de Javier Milei en las elecciones presidenciales argentinas es espejo en donde los peruanos podemos mirar nuestra realidad y comprender hacia dónde puede ir el país en un próximo proceso electoral.

El cuadro peruano de las elecciones en las que ganó antaño Pedro Castillo se repite hoy en Argentina, donde el pueblo abandonado eligió con mucha rabia a un extravagante de extrema derecha como presidente.

Con Pedro Castillo sucedió en Perú, hace dos años, algo similar a lo que sucede hoy en Argentina con Milei, en donde un candidato desconocido triunfa contra todo pronóstico.

La victoria electoral de Castillo fue una señal que todavía no terminamos de comprender. Lo que suceda con Milei ahora es una incógnita difícil de descifrar.

Como en Argentina, los políticos e intelectuales peruanos, así como los empresarios y la mayor parte de los medios de prensa, ignoran la creciente bronca profunda y el desprecio que sienten aquí millones por ellos.

La inmensa mayoría olvidada de peruanos, como los argentinos, no tiene cómo alimentarse, ni trabajo, vive en una ansiedad creciente, mientras las llamadas élites siguen metidas en sus propias peleas en busca del poder.

La suerte que corra Javier Milei en Argentina al gobernarla podría ser muy parecida a la de Pedro Castillo en Perú. Milei tampoco cuenta con mayoría en el Congreso ni tiene un partido político propio y organizado que lo apoye. En el caso de Castillo se añade el manejo corrupto de su Gobierno, lo cual es un punto de interrogación en el nuevo Gobierno argentino.

El discurso de Javier Milei en la TV ante los argentinos y el mundo, después de haber sido reconocido como ganador, fue tan vago y confuso como el de Pedro Castillo, aunque el primero es economista y el otro profesor rural. Ni uno de los dos prometió razonablemente un futuro, sino emociones y sentimientos dispersos.

Como Castillo, Milei obtuvo su mayor votación en provincias, donde se concentra el descontento y donde ganó de manera aplastante, tal como sucedió en gran parte de las regiones peruanas, donde Castillo obtuvo niveles de votación del 80% en algunos lugares.

La personalidad taimada de Pedro Castillo fue descubierta en el Gobierno a través de sus actos, como será descubierta la de Milei que por el momento se percibe extravagante y excesiva.

Afirmar, como sostienen algunos comentaristas, que el pueblo argentino se equivocó al votar por Milei, es tan inexacto como afirmar que el pueblo peruano se equivocó al elegir a Pedro Castillo. Los dos son consecuencia de la decadencia política.

La verdad es que los pueblos argentino y peruano no se equivocaron. Los que se siguen equivocando son sus dirigentes, que durante años no han dado respuesta a las urgencias concretas de salud, educación, trabajo y a la desesperación que esto produce. Los resultados están a la vista.

Hugo Otero Lanzarotti

Publicista, periodista, me gusta participar en la creación y realización de campañas de comunicación.