Libres de obedecer, por Jorge Bruce

“En la práctica, como queda dicho, estamos obedeciendo órdenes. Algunas de ellas perfectamente idiotas, como la de seguir creyendo que es mejor dejar las cosas como están porque era peor con Castillo”.

Ante el generalizado descontento frente a nuestros principales responsables políticos, que muestran, una y otra vez las encuestas, cabe preguntarse no solo por qué nos resignamos, sino también por qué obedecemos. Puesto que aceptar este estado de cosas equivale a obedecer la orden de no protestar. Cierto, hay un componente de miedo por las muertes nunca esclarecidas por los responsables de las mismas (alrededor de medio centenar asesinados a balazos). Sin embargo, esta potente emoción no parece ser el único motivo de nuestro comportamiento obediente.

La filósofa Hannah Arendt escribió un libro en el cual se hizo célebre la frase acerca de la ‘banalidad del mal’. Refiriéndose al juicio del nazi Eichmann en Jerusalén, la pensadora alemana fue duramente criticada por afirmar que no se trataba de un monstruo sádico que gozaba con sus crímenes. Tan solo era, afirmó, lo que disgustó considerablemente a la comunidad judía, entre otros, un burócrata que hacía su trabajo (organizar el transporte de judíos para ser encaminados a los campos de concentración, donde serían esclavizados y exterminados), abandonando su “poder de pensar”.

El filósofo e historiador francés Georges Didi-Huberman ha publicado el año pasado un libro sobre las razones de la obediencia. Forma parte de una colección pensada para que la lean niños, pero sin rebajar el nivel ni la profundidad del razonamiento. Dicho sea de paso, es una de los retos mayores para un pensador y el susodicho lo logra con brillantez. De este modo nos ayuda a comprender lo que está sucediendo en el Perú.

Pues no se trata únicamente de no resistir y pensar en otra cosa. En la práctica, como queda dicho, estamos obedeciendo órdenes. Algunas de ellas perfectamente idiotas, como la de seguir creyendo que es mejor dejar las cosas como están porque era peor con Castillo. Lo cual significaría que debemos aceptar el desgobierno, la miseria y la inseguridad por que el anterior presidente era el summum de la incapacidad. Lo cual representa una tremenda paradoja, pues si bien es cierto que Castillo era ‘insuperable’, entonces debería ser fácil hacer un mejor Gobierno. Y todos vemos que eso no está ocurriendo.

Estamos, como Eichmann, renunciando a pensar, resistir, protestar, actuar como ciudadanos libres. Soy consciente de lo extremo de la comparación, con mayor razón en el contexto actual del ataque terrorista de Hamás que desató la violenta retaliación del Gobierno de Israel contra los palestinos. También en esas regiones hay problemas de obediencia, pero eso nos llevaría a lugares de excesiva complejidad para las líneas de las que dispongo.

Termino citando el libro del historiador del nazismo Johann Chapoutot, también mencionado por Didi-Huberman: “En estas condiciones somos libres, sí, pero de obedecer”.

Jorge Bruce

El factor humano

Jorge Bruce es un reconocido psicoanalista de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Ha publicado varias columnas de opinión en diversos medios de comunicación. Es autor del libro "Nos habíamos choleado tanto. Psicoanálisis y racismo".