Congreso versus Machu Picchu, por Roberto Ochoa

“Lo curioso es que todo este afán de facilitar la lotización de nuestro patrimonio y reducir el CIRA a su mínima expresión nació en el Congreso...”.

Debo reconocer que sentí vergüenza ajena de solo ver al parlamentario cusqueño Alejandro Soto advertir que el Ministerio de Cultura quiere “privatizar” la venta de boletos para Machu Picchu. Lo peor es que este personaje es el presidente del Congreso y no se hace problemas en salir a defender a las mafias que controlan Aguas Calientes.

Como sabemos, la época más nefasta para la llaqta inca (epicentro del turismo nacional) fue el gobierno de Pedro Castillo. Las autoridades “culturales” nombradas por el profesor decidieron zurrarse en el sistema de venta de boletos vía internet para añadirle un cupo de mil boletos “presenciales”. Esto provocó la toma de turistas como rehenes en Aguas Calientes: ¿quieres subir a la llaqta? Pues haces tu colita toda la madrugada y te tienes que alojar en nuestros hoteles para conseguir tu boleto.

Obviamente, estas colas y otros procedimientos espantaron a los turistas por miles. Nunca logramos recuperar los niveles de visitantes prepandemia. Cuando por fin metieron preso a Castillo, imaginé que todo esto iba a terminar y que sería recordado como una pesadilla pasajera. Incluso, leímos con satisfacción la decisión del Ministerio de Cultura de retornar al sistema de boletaje digital, como funciona en todos los sitios turísticos que se respetan.

Sin embargo, las mafias de Aguas Calientes no se rinden y así como controlan el acceso vehicular a la llaqta también quieren mantener su cupo con el boletaje. Para esto, amenazan con paralizar el acceso a MP si les quitan el cupo de boletos físicos. Este paro será el tiro de gracia para Machu Picchu, pues se contarán por miles los paquetes turísticos que elegirán otro destino para no verse perjudicados con un paro.

Hasta aquí la actuación del Mincul ha sido impecable.

Pero lo que hacen con la mano lo borran con el codo. Llama la atención toda esta ofensiva contra el Certificado de Inexistencia de Restos Arqueológicos (CIRA) y otorgar facilidades inmobiliarias para lotizar nuestro patrimonio cultural.

Hasta la fecha, ya son tres las cartas abiertas cuestionando la medida. Primero fue el duro comunicado de Icomos amparado en el Colegio de Arqueólogos. Luego fueron las observaciones planteadas por reconocidos arqueólogos y exfuncionarios de amplia experiencia en el sector. Y lo más reciente es la carta abierta firmada por exministros y exviceministros del Mincul criticando esta modificación de la Ley General del Patrimonio Cultural. Trascendió que la titular del Mincul sintió la pegada y convocó a una reunión con sus predecesores para el próximo lunes.

Lo curioso es que todo este afán de facilitar la lotización de nuestro patrimonio y reducir el CIRA a su mínima expresión nació en el Congreso. Más precisamente en la Comisión de Cultura, donde se redactaron modificaciones a la ley de patrimonio que no fueron observadas por el Mincul.

Más curioso aún es saber que una exasesora de esta comisión hoy ocupa un cargo estratégico en el Mincul, donde aseguran que tiene más peso político que la propia ministra.