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De aviones y presidentes, por Mirko Lauer

"Ahora las giras de Boluarte empiezan a ser vistas con malos ojos".

Las relaciones entre Dina Boluarte y el avión se están empezando a agriar. Logró sus primeros vuelos fuera del país como un favor del Congreso. Fueron vistos como una respuesta al intento mexicano de descalificar la Presidencia del Perú, y en esa medida aprobados a medias. Ahora las giras de Boluarte empiezan a ser vistas con malos ojos.

¿Cuál es el problema? La presidenta se sube al avión presidencial con la mochila de su impopularidad. Los destinos son vistos como premios que ella no merece, y dentro de ello un gasto inútil. Pero es cierto que los presidentes viajan cada vez más, y Boluarte no quiere ser la excepción. Pero lo que gane fuera, si acaso, le puede costar en casa.

Hubo un tiempo en que volar al exterior desde Palacio era popular. Allí están Manuel Prado y Fernando Belaunde. Pero luego hubo críticas a algunos viajes de Consuelo Gonzáles Posada, esposa de Juan Velasco Alvarado. Cuando llegó Alan García en 1985 la opinión pública sobre viajes fuera ya se había normalizado: son inevitables, hay que aceptarlos.

En verdad los viajes fuera de Boluarte sí han sido necesarios. El incidente del autogolpe y caída de Pedro Castillo, la protesta que siguió, y las víctimas formaron un paquete que hizo necesario hacer presencia y dar algunas explicaciones en el terreno internacional. ¿Seguimos en esa etapa? Muy probablemente sí.

Pero ahora que subirse al avión FAP se ha vuelto un nuevo motivo de impopularidad para Boluarte, quizás ella debería abstenerse por una temporada. Los anfitriones del exterior sabrán comprender. La ausencia no será porque no haya una presidencia cabal, sino porque hay problemas internos muy concretos que atender (¿El Niño, la economía, la seguridad?).

Algo que ha contribuido a desacreditar el viaje presidencial al exterior es el furor de los congresistas por subirse a los aviones, invitados o no. La reciente semana de representación con los gastos pagados en Rusia no ha ayudado a Boluarte con sus giras. La idea es menos turismo político y más visitas a los electores locales.

Sugerir la compra de dos aviones FAP más sería razonable en circunstancias normales. Pero en estos días la propuesta de Boluarte parece excesiva. Es cierto que necesitamos un contacto fluido con las catástrofes del país. ¿La clave para eso es más aviones?

Mirko Lauer

Observador

Un poemario cada tantos años. Falso politólogo. Periodismo todos los días. Natación, casi a diario. Doctor por la UNMSM. Caballero de la Orden de las Artes y las Letras, Francia. Beca Guggenheim. Muy poco twitter. Cero Facebook. Poemario más reciente, Las arqueólogas (Lima, AUB, 2021). Próximo poemario, Un chifa de Lambayeque. Acaba de reeditar la novela policial Pólvora para gallinazos (Lima, Vulgata, 2023).