Cuando Perú ya perdía 0-2 ante Argentina, en un partido para el olvido, un muchacho con la camiseta albiceleste ingresa a la cancha, driblea y deja sembrado a uno y otro efectivo de seguridad, llega hasta Lionel Messi y lo abraza. Otros muchachitos ingresan a la cancha con la misma ilusión, tocar al campeón del mundo. Uno de ellos, de 17 años, es reducido por la seguridad. Pedro Gallese se acerca al chico inmovilizado boca abajo, en el suelo, le arrancha el celular y lo arroja bien lejos. Horas después, Gallese dirá: “Les faltaron el respeto a nuestros colores [patrios]”.
Gallese se enojó, lo dijo, porque los hinchas “no fueron a alentar”. Ahí está el asunto. Una dura derrota en casa que es suya hace que pierda los papeles y la emprenda con muchachos centennials que nacieron con el internet, que no viven igual las ideas de patria-fútbol.
Gallese interpone la patria en un asunto que tiene más que ver con una herida narcisista (“no fueron a alentar[me]”). En lugar de reconocer su evidente frustración, el arquero realiza un desplazamiento muy conveniente: lo hizo por el Perú.
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Y ya que ha puesto las cosas en esos términos, le preguntamos ¿qué entiende por patria? Recordemos, Gallese y Paolo Guerrero se fotografiaron, muy sonrientes, con Dina Boluarte y Alberto Otárola antes del partido con Brasil (setiembre). Los capitanes saben bien, porque leen las noticias, que pesa sobre Boluarte y Otárola la muerte de 49 peruanos de las últimas protestas.
Saben que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y otros organismos internacionales hablan de “ejecuciones extrajudiciales”. ¿Leyó Gallese que muchachos como David Atequipa, de solo 15 años, y John Enciso, de 18 (Apurímac), murieron por impactos de armas de guerra? Estaban desarmados.
Estas muertes de peruanos no parecen importar mucho, y eso que hablamos de un jugador que se precia de defender los “colores” patrios. Estamos ante una selección de fútbol que se ha prestado al obsceno juego de asociarse a un gobierno cuya salida exige la abrumadora mayoría de peruanos.
No se trata de “politizar” a la selección, al contrario, se trata de afirmar que, más allá de las posiciones políticas de los jugadores, la ejecución de 49 peruanos en las protestas tendría que ser motivo de hondo pesar. Solo eso. Un duelo que sí podríamos esperar de Lionel Messi: se presume en él un sentimiento de pertenencia a una comunidad nacional (Argentina). ¿Y en Gallese?, ¿existe un sentimiento “patrio” poblado de peruanos o solo por “colores”?
La presencia de Agustín Lozano, presidente de la Federación Peruana de Fútbol, investigado por la Fiscalía por presunta organización criminal, ¿tampoco mancha los “colores” del Perú? Hoy, el fútbol vive bajo la tiranía del dirigente, con un entrenador tan incompetente como inamovible, Juan Reynoso. Somos penúltimos en la tabla. Los “colores” patrios tampoco parecen importar mucho.
Socióloga y narradora. Exdirectora académica del programa “Pueblos Indígenas y Globalización” del SIT. Observadora de derechos humanos por la OEA-ONU en Haití. Observadora electoral por la OEA en Haití, veedora del Plebiscito por la Paz en Colombia. III Premio de Novela Breve de la Cámara Peruana del Libro por “El hombre que hablaba del cielo”.