Precio del dólar HOY, domingo 19 de mayo

Crisis, ese nombre te han puesto..., por Augusto Álvarez Rodrich

Lo bueno de este momento es que ya nadie duda de la crisis.

Si algo positivo ha traído la compleja situación actual del país es que, por fin, ya (casi) todos aceptan que estamos en crisis, lo cual es un buen comienzo para empezar a enfrentarla.

Crisis que, no hay que dramatizar en exceso, no es la de fines de los 80, con terrorismo en alza, colapso económico y desintegración del Estado por no poder financiar sus funciones básicas por la ignorancia y la corrupción.

Tampoco la de la pandemia, con más de 300 mil muertos que hoy ya nadie llora, y una caída catastrófica de la producción en un año: la mala economía también mata y mucho, principalmente a los más pobres.

Hoy la pobreza sigue en alza y se acerca al nivel de la pandemia, pero la economía no está en escombros pese a la elevada turbulencia política. El país se lanzó en 2016 en un viaje de deterioro gradual, lento, pero incesante, lo que es más peligroso pues es más difícil de advertir y, sobre todo, de mover al país para enfrentarlo, lo que se agrava por una desinstitucionalización acelerada de un vale todo descarado por parte de un poder mediocre y corrupto que lo ejerce sin vergüenza ante la gente.

Pero hay tres expresiones inequívocas de que, sin mucha estridencia, la gente está reaccionando: 1. Pesimismo: El 65% cree que hoy el Perú está en retroceso y solo 5% que progresa, un registro que se parece mucho al de 1990 (Ipsos). 2. Fuga: 400 mil peruanos se fueron del país en 2022. 3.

Polarización: No medible como 1 y 2, pero evidente: la gran incapacidad de dialogar donde unos se creen los buenos y miran a los malos en función de su posición sobre muchos temas, como, por ejemplo, la actitud hacia al gobierno.

No es fácil encontrar la ruta de salida para el entrampamiento por la degradación del elenco político —especialmente del congreso—, pero puede servir el lance de volver a recurrir al Acuerdo Nacional —al que se siempre se regresa cuando no se sabe qué hacer—, no para resolver problemas, que nada resolverá en el corto plazo, sino para volver a empezar a dialogar entre los que aún tengan alguna representación.

Lo bueno es que, dentro de todo, la situación actual, como dirían los Embajadores Criollos, ya es clara: Crisis, ese nombre te han puesto, porque en el alma llevas el veneno mortal…

Augusto Álvarez Rodrich.

Claro y directo

Economista de la U. del Pacífico –profesor desde 1986– y Máster de la Escuela de Gobierno John F. Kennedy, Harvard. En el oficio de periodista desde hace más de cuatro décadas, con varios despidos en la mochila tras dirigir y conducir programas en diarios, tv y radio. Dirige RTV, preside Ipys, le gusta el teatro, ante todo, hincha de Alianza Lima.