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Las siete plagas azotan Piura, por Pedro Castro Balmaceda

Piura concentra cerca del 30% de casos de dengue de todo el Perú, con cuarenta fallecidos y más de 32.000 casos confirmados, de los cuales la mitad se distribuyen entre Piura, Sullana, Castilla y Chulucanas.

Las estadísticas del Centro Nacional de Epidemiología, Prevención y Control de Enfermedades del Ministerio de Salud son desoladoras, Piura concentra cerca del 30% de casos de dengue de todo el Perú, con cuarenta fallecidos y más de 32.000 casos confirmados, de los cuales la mitad se distribuyen entre Piura, Sullana, Castilla y Chulucanas. A este caos se le suman hospitales, postas y clínicas colapsadas por la incontrolable cantidad de casos reportados de una enfermedad que nunca ha sido tomada con la gravedad que amerita. No hay sales de rehidratación oral en los centros de salud, en las farmacias hay escasez de suero, no hay camas hospitalarias; pero lo peor de todo es que no existe un programa preventivo de lucha contra el dengue, no tenemos soluciones permanentes, ni siquiera con un mínimo de efectividad en las medidas temporales que se implementan cuando los casos ya sobrepasaron todo tipo de control de daños.

Por su parte, la insustancial ministra de Salud anuncia que —¿recién?— están analizando la factibilidad de adquirir vacunas contra el dengue —lo que muchos expertos advierten es que contar con una vacuna no es la solución al problema, ya que lo más adecuado sería evitar la reproducción del mosquito vector— mientras los casos incrementan de manera exponencial.

Tan difícil es tomar ejemplos de regiones como Florida y California en EE. UU. o países como Puerto Rico, que han logrado un manejo exitoso para cortar el ciclo de vida del mosquito con técnicas de fumigación aéreas en grandes áreas y con pequeñas cantidades de plaguicida que no representan mayores riesgos para las personas o el ambiente; esta técnica lleva más de 50 años controlando el dengue en esos territorios. Ya en el año 2020, EE. UU. aprobó, como plan piloto, la liberación de cientos de millones de mosquitos genéticamente modificados para controlar la proliferación del Aedes aegypti. En conclusión, no hay nada que descubrir, es solo gestionar soluciones preventivas.

Y mientras tanto, en Piura, se ha disparado el consumo de agua de pipas y cocos (y no, no es broma), como un paliativo a la falta de suero y por ser una bebida rica en electrolitos. Entretanto, seguimos esperando reformas y una reconstrucción con cambios que nos permita vivir dignamente y no entre nubes de polvo fecal, enfermedades virales, inundaciones, dengue y la alta suciedad y menguada capacidad de nuestra política local, regional y nacional.

Pedro Castro Balmaceda

Piurano, Comunicador Social y Administrador. Fui periodista más de un lustro y desde hace una década trabajo en Relaciones Comunitarias, pero siento que entre ambas profesiones existe una similitud: la sensibilidad social. Me gusta leer y escribir, tengo cuentos sin publicar y una novela a mitad de camino por falta de inspiración y valentía.