Gran Orquesta de Domínguez sufre grave accidente

Lo mataron todos

“¡Y lo quieren seguir matando! Lo quiere volver a matar el Congreso con varios proyectos de ley que reducen la protección sobre los territorios amazónicos”.

A Santiago Contoricón no lo mataron solo los narcos.

Lo mató el Estado ausente, que no hizo nada pese a que los asháninkas alertaron en marzo que estaban recibiendo amenazas.

Lo mató la indiferencia del Ministerio del Interior, que, pese a más de 60 asesinatos de líderes ambientales en los últimos 10 años, aún no aprueba los lineamientos de actuación de protección de personas defensoras de derechos humanos.

Lo mató el Congreso, que archivó dos veces el Acuerdo de Escazú, tirando al tacho el primer acuerdo internacional en el mundo que incluye disposiciones para proteger a los defensores ambientales.

Lo mataron los intereses regionales que se sumaron a la campaña de mentiras contra el Acuerdo de Escazú para proteger el avance de sus negocios vinculados al tráfico de tierras, cambio de uso de suelos y deforestación.

¡Y lo quieren seguir matando! Lo quiere volver a matar el Congreso con varios proyectos de ley que reducen la protección sobre los territorios amazónicos codiciados por los narcos, los madereros, los mineros ilegales y los traficantes de tierras. Por ejemplo, el Proyecto 3518 presentado por el fujimorista Morante para desconocer la protección a los pueblos indígenas en aislamiento y contacto inicial. O el proyecto para modificar la Ley de Flora y Fauna Silvestre y legalizar el cambio de uso de tierras no autorizado con fines agropecuarios, es decir, ampliar el agronegocio a costa de deforestar la Amazonía.

También lo quiere volver a matar el Serfor, que pretendía excluir las lomas de Carabayllo, Amancaes y Villa María del Triunfo de la lista de ecosistemas frágiles. Porque también en las ciudades los traficantes de tierras matan en su codicia, y la protección ambiental es una molestia para su negocio.

Todos los que siguen tratando de dejar desprotegidos a los territorios y a los líderes y lideresas que arriesgan su vida para preservar el ambiente son cómplices.

Paul E. Maquet

Lima. Periodista con estudios de maestría en comunicación política y periodismo ambiental, docente universitario e investigador y activista en temas de comunicación, derechos humanos, política y ecología.