¿Cuál es el objetivo del Gobierno?

“Si bien los movimientos de protesta siguen enarbolando, como uno de sus reclamos, la salida de la presidenta Boluarte, esa posibilidad va disminuyendo...”.

Por Hernán Chaparro. Psicólogo social, Facultad de Comunicación, Universidad de Lima

La incertidumbre está presente de una manera perturbadora en la política peruana. Por un lado, está el Ejecutivo que trata de ir organizándose y definir un rumbo sobre el camino; por otro, un Congreso que sigue imperturbable en lo suyo.

Además, están las organizaciones que lideran las protestas, donde algunas parecen comenzar a evaluar y administrar fuerzas y recursos de cara a las próximas elecciones, pero otras siguen movilizadas con objetivos que parecen estar más allá de la inmediatez de lo electoral.

Si bien los movimientos de protesta siguen enarbolando, como uno de sus reclamos, la salida de la presidenta Boluarte, esa posibilidad va disminuyendo y depende más de errores que pueda cometer el Ejecutivo, o la mandataria en sí, que de la presión del sector movilizado.

El voto de confianza en el Congreso, y el apoyo de un sector del mismo, está asegurado y lentamente se van produciendo cambios en diferentes niveles del Ejecutivo que le van proporcionando un mayor juego al Gobierno. Es evidente que hay un espacio de acuerdo con las bancadas que fueron de oposición a Pedro Castillo y que se expresa en el nombramiento del ministro de Educación, así como en la actitud hacia los cambios en la Sunedu, entre otros.

Por otro lado, está por verse qué pueden hacer los ministros desde sus sectores, así como en la coordinación con las nuevas autoridades locales, pero sobre todo Dina Boluarte y el premier Otárola en las conversaciones que tengan en el espacio del Acuerdo Nacional.

Entre las escasas posibilidades existentes, este es el lugar donde el Ejecutivo podría construir una respuesta política que genere compromisos en los grupos en el Congreso para mejorar en algo la gobernabilidad a la vez que consigue apoyo institucional para hacer frente a las movilizaciones que piden su salida.

El Gobierno está cumpliendo recién un mes en el poder y un gran pendiente es fijar un norte y una idea clara de acá a su término. Parte de esa incertidumbre se debería resolver en la presentación del gabinete para pedir la confianza. Esperemos que no todo sea solo anuncios vinculados a la reactivación económica porque eso querría decir que le está dejando la iniciativa política a sus temporales aliados del Congreso.

Siempre está la posibilidad de que las protestas se aborden equivocadamente y que esto genere una crisis que nadie pueda resolver salvo la renuncia de la presidenta, pero pareciera que, si bien esto sigue siendo un escenario posible, su probabilidad disminuye en la medida que las protestas se focalizan y el Gobierno se ubica. Lo que no puede mantenerse, por más violencia existente en las protestas, es una respuesta de tanto peso solo a lo represivo.

El Congreso, lamentablemente, parece ser lo más predecible por ahora. Está claro que la agenda de la mayoría es darles prioridad a las reformas electorales que les convengan, así como a otras tantas de su interés. Ya avanzaron con Sunedu, no sabemos si lograrán cambios en los organismos electorales, pero toda esa agenda parece tener ahora alfombra roja.

No han cambiado las propuestas, pero sí su vinculación con el Poder Ejecutivo. Los que eran oposición ahora parecen Gobierno o ejercen una suerte de “apoyo crítico” y los que eran Gobierno ahora son una débil oposición (al menos en el hemiciclo).

Sin embargo, las movilizaciones continúan y continuarán. No queda claro cuál será el nivel de intensidad porque las agendas a ese nivel son variopintas. De por medio está la segunda votación que tendría que darse para terminar de cerrar la fecha y abrir el calendario electoral.

Seguramente, quienes están hoy en la oposición votarán por el adelanto de elecciones en este año, pero una vez definida la fecha (que lo más probable es que se mantenga para abril del 2024) todos los grupos, incluidos los de izquierda, comenzarán a actuar en función del calendario electoral o por lo menos incluirán esta variable en sus acciones.

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La República

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