La inseguridad campea

No se han discutido seriamente los planes de lucha contra la delincuencia de los candidatos municipales.

El incremento de criminalidad en las ciudades del país es un hecho indiscutible. Los indicadores así lo ratifican, y en la campaña electoral que se avecina será sin duda un tema eje para las propuestas que se formulen, desde el plano municipal local y provincial hasta incluso para los gobiernos regionales.

Lamentablemente, en el debate realizado entre algunos de los candidatos que aspiran al sillón municipal limeño, no se han escuchado propuestas serias en torno a la seguridad ciudadana. Además del intercambio de pullazos y algunas iniciativas inconcebibles, como esa de lanzar 10.000 motos detrás de un asaltante que roba un celular o la de poner 6.000 “ternas” en un mes, hay muy poca sustancia en ese campo, pese a ser uno de los más sensibles para los ciudadanos de a pie.

En este terreno, sería de utilidad conocer algunas cifras que muestran el estado de casi ruina en el que se encuentran la infraestructura y los recursos existentes para perseguir el delito en la ciudad. Según Convoca, existen 2.200 vehículos policiales inoperativos.

Es decir, casi un tercio de la planta automotriz existente presenta fallas que le impiden realizar patrullaje, capturas, etc. Solo en Lima, 251 vehículos no pueden salir de las comisarías por averías y en el Callao esta cifra es de 163.

Si miramos la situación en términos estadísticos, este año 2022, al mes de setiembre, ya se reporta un promedio de 4 homicidios por día. Es decir, hay más de mil crímenes de esas características en lo que va del año. ¿Qué representa en términos concretos esta data? Que este año podría ser el peor si se evalúa la evolución de las cifras desde 2017.

El 2021, el número de homicidios fue de 1.294 personas asesinadas. Según el reporte de Sinadef, y con data proporcionada por el ingeniero Juan Carbajal, los 4 últimos meses del año, las cifras de crímenes tienden a incrementarse.

La seguridad ciudadana es una tarea en la que se suman un conjunto de sectores que contribuyen a mejorar las condiciones en las que viven los peruanos. Es evidente que la rectoría corresponde al campo municipal, pero sin el concurso de serenazgo, policía y la población organizada no se puede hacer frente a la delincuencia.

Queda esperar que los candidatos en estas elecciones expliquen exactamente cómo darán seguridad al país y con qué recursos se financiarán. El voto informado garantiza la autoridad más competente. Es la hora de escuchar planes, no fantasías.