Ministros, ¿son o se hacen?, por Mirko Lauer

“Por entre los palos se ha perdido la vergonzosa fuga de los parientes y socios de Castillo. Que la policía no haya podido encontrarlos es en sí mismo una acusación contra quien pone y saca a los ministros del Interior”.

Se necesitó el despido por Twitter de Mariano González para que los ministros entendieran su condición de cómplices grupales en la actuación de Pedro Castillo. No sabemos si les ha nacido o si han recibido instrucciones perentorias para hacer causa común y decir cosas como que González fue echado porque no trabajaba.

Semejante espíritu de cuerpo es una novedad. Cuando Avelino Guillén renunció al Ministerio del Interior a comienzos de año, tras denunciar corrupción en la policía y opinar que “a Castillo se le llena la boca con el pueblo, pero no hace nada por él”, los demás ministros se quedaron calladitos. ¿Qué es lo que ha cambiado en el Ejecutivo?

Quizás lo nuevo es que esforzarse por mantener a Castillo a flote ha pasado a ser una tarea ministerial. Con lo cual quien no denuesta de González automáticamente deviene en sospechoso. Pues el tema de este tramo de la historia es la investigación del presidente, precisamente el impase entre Castillo y González.

Varias cosas han cambiado. Cuando el abogado del presidente amenaza con enjuiciar al ministro expulsado y locuaz, los demás miembros del gabinete no se pueden quedar cruzados de brazos. Tienen que descubrir que González no hacía nada, y que no se le veía por ninguna parte. Argumentos de un jefe de personal, si los hay.

También Castillo dice que “ministro o ministra que no trabaja tiene que ir a su casa”. Ya antes míster Pueblo ha dicho que quienes pasan hambre es por ociosos. Son ideas medio ronderas que le gustan mucho al mandatario. Sobre todo cuando prácticamente el país entero está cuestionando su trabajo como presidente.

Sin embargo, no todos los ministros están en lo mismo. Lo que algún titular de periódico presenta como el gabinete cerrando filas con Castillo en realidad es la levantada periodística de unas pocas declaraciones, de Torres, Salas, Chero y Sánchez. Los cuales, muy a diferencia de González, no han visto ni detectado absolutamente nada.

Por entre los palos se ha perdido la vergonzosa fuga de los parientes y socios de Castillo. Que la policía no haya podido encontrarlos es en sí mismo una acusación contra quien pone y saca a los ministros del Interior. Quizás varios de los ministros de esta hora son; pero vistos en conjunto, hoy todos se hacen. No solo los congresistas se aferran al puesto.

La República

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