Patricio Quintanilla Paulet, rector U. La Salle
Hay una preocupación en el país, tanto en las familias como en las empresas, por el aumento de los precios, que se viene sintiendo, especialmente en alimentos y energía. Las causas son ajenas a la economía peruana.
El conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, a pesar de estar a miles de kilómetros de distancia, nos está afectando.
Una de sus consecuencias es el desabastecimiento de petróleo, que ha originado un incremento inusual de su precio; el miércoles de la semana pasada alcanzó un nivel de casi USD 140.00 el barril de crudo, lo que no se veía en muchos años, por el veto a las compras de petróleo ruso, pero recientemente la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), anunció que aumentará su producción para compensar este déficit de oferta, pero no es seguro que sea suficiente. Este anuncio produjo una relativa baja en el precio de este bien, los días jueves y viernes último.
También repercutirá en las tarifas de energía eléctrica, por cuanto estas se fijan con una denominada “fórmula polínomica”, que incluye el precio del petróleo, entre otros.
Una situación similar se ha producido con el precio internacional de los principales alimentos, como trigo, maíz y soja. El trigo es el insumo para el pan, que impacta en el precio local y otros alimentos populares de consumo de las familias. El Perú no produce lo suficiente para atender la demanda, por lo que se depende del exterior.
El pollo es probable que se incremente, porque el maíz, también importado, es su principal alimento, lo que impactará en su costo de producción y consecuentemente en el precio de venta.
El Banco Central de Reserva (BCR) tiene fijada hace varios años una meta de inflación, en un rango entre 1% y 3%, que no se cumple desde mediados del año 2021; hasta el mes de febrero el Instituto Emisor esperaba que el cuarto trimestre de este año se llegara al rango meta; sin embargo, el último viernes estimó que se alcanzaría el primer semestre del 2023, por ello en su Programa Monetario de marzo ha subido la tasa de interés de referencia a 4.00% anual, que impactará en la tasa de interés de mercado.
Uno de los aspectos positivos, que atenúan este incremento, es el precio del dólar que está disminuyendo, especialmente por los flujos de divisas provenientes de las exportaciones de minerales, cuyo precios se mantiene alto; el cierre de la semana se cotizó a S/ 3.70, el más bajo del presente año.
Lamentablemente se puede hacer muy poco, porque la causa es externa, sobre lo cual no tenemos ninguna capacidad de manejo; tampoco el BCR puede tomar medidas, como erróneamente lo ha sugerido un distinguido colega de Lima.
Debemos evitar la tentación populista de implementar controles de precios o subsidios, porque el único efecto es acentuar el desequilibrio con consecuencias indeseadas en el corto plazo.
Las expectativas de mayor inflación, provocan un aumento en la demanda, agravando el problema.
Austeridad y más austeridad en el gasto familiar, es lo que queda.
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