El presidente Castillo acaba de hacer una jugada que ha descolocado a muchos de sus adversarios. El sector golpista de la derecha peruana, que alienta a grupos como La Resistencia, estaba como pez en el agua en un escenario político de altísima polarización y desconcierto. Escenario al que el expremier Bellido abonaba cotidianamente.
Capitalizar políticamente resultaba fácil y el terruqueo simple. Querían forzar no solo un cambio de fichas o el abandono de banderas de cambio. Lo que querían era generar un escenario de golpe de Estado o vacancia express que contara con el apoyo de un sector de la población y de la opinión pública.
No son tontos como algunos quieren creer. Saben muy bien lo que le pasó a Merino. Hacer una vacancia por votos y sin respaldo público acaba con un gobierno de tres días y con acusaciones fiscales. No solo necesitan los votos en el Congreso para vacar al presidente Castillo, necesitan el desgobierno que los legitima socialmente. Cortar una de las causas de ese desgobierno era central para dejarlos sin piso, para no hacerles el juego. Eso es precisamente lo que acaba de hacer el presidente.
PUEDES VER: Obsolescencia política programada
Varias acciones y medidas importantes del Gobierno fueron opacadas por el expremier. Por declaraciones no coordinadas con el gabinete o el propio presidente. No se puede gobernar con una derecha golpista pisándote los talones y con el capitán de tu equipo metiendo autogoles. Sacarlo no es ninguna traición al pueblo o a sus votantes. Lo que era una traición era seguir haciéndole el juego a la derecha manteniendo a una persona que, lejos de disipar dudas sobre las medidas de gobierno, generaba mayores contradicciones.
La decisión de nombrar a Mirtha Vásquez es una decisión fuera del guion de los grupos de poder. No ha colocado a una figura de derecha o de centro derecha como muchos esperaban. Ha colocado a una luchadora social, defensora de derechos humanos y abogada de líderes sociales criminalizados por enfrentarse a grandes capitales transnacionales. Mirtha es una mujer de izquierda, cualquier argumento en contrario no es más que una pataleta que espero acabe pronto.
El cambio central es que, además de ser una mujer de izquierda, Vásquez es una política con gran capacidad de concertación. Hoy justamente lo que se requiere es concertación para una agenda de salida de la crisis económica y social que nos deja la pandemia. Construir condiciones para el cambio requiere de diálogo y convencimiento, no de imposición y panfletos.
PUEDES VER: Gira del presidente y los tropiezos del premier
La tarea que tiene por delante nuestra nueva premier no es fácil. El sector golpista no parará, ayer ya vimos a Montoya y Cueto. Aislarlos y dejarlos en evidencia es necesario. Se enfrenta también a una coalición de gobierno compleja. Disipar las dudas de la bancada de gobierno es también parte de su tarea. Estoy segura de que pondrá todo de su parte para lograrlo. Empieza un nuevo tiempo.
Socióloga, con un máster en Gestión Pública, investigadora asociada de desco, activista feminista, ecologista y mamá.