Encontrar en el acto de rememoración la matriz que nos permita seguir construyendo nuestro país es el reto que se nos abre con el inicio de las efemérides programadas por el Proyecto Especial del Bicentenario.
El 8 de setiembre de 1820, alrededor de 4.000 soldados chilenos y argentinos al mando del general San Martín desembarcaron en Paracas, en el lugar denominado hoy la Bahía de la Independencia. La flota que los traía, constituida por 7 buques, 14 transportes y 14 lanchas cañoneras comandadas por el almirante británico Cochrane, había partido del puerto chileno de Valparaíso unas semanas antes.
El 2020, año marcado por una profunda crisis sanitaria y económica, es también el año donde iniciaremos la conmemoración bicentenaria del capítulo final de nuestra etapa colonial. La llegada del Ejército Libertador del sur gatilló los sentimientos anticoloniales que estaban presentes en muchos pobladores, así como latentes en otros.
Aparecieron movimientos de apoyo que se materializaron en entrega de bienes, dinero y caballos, como en incorporaciones a las tropas patriotas. El 22 de octubre, desde su cuartel general en Pisco, San Martín decretó la creación de la bandera y del escudo nacional. Estas primeras versiones tendrían transformaciones en años posteriores.
Definida la estrategia militar, comenzaron las operaciones al interior del país que promovieron las primeras proclamas libertarias en Huamanga, Ayacucho, y en Huaura durante el mes de noviembre de 1820. Al mes siguiente, obtuvimos la primera victoria sobre el ejército realista en la batalla de Cerro de Pasco.
Y a finales de ese año los peruanos alcanzamos el logro más significativo de ese período, la Independencia de la Intendencia de Trujillo el 29 de diciembre de 1820. Conformada por los actuales territorios de La Libertad, Lambayeque, Piura, Tumbes, Cajamarca y parte de Amazonas, la Intendencia norteña, liberada definitivamente de la administración española, pasó a tener un papel fundamental en la gesta emancipadora.
Conmemorar acontecimientos históricos significativos es reconocer su trascendencia, y encontrar en ellos las raíces de nuestro presente. Motivarnos a una reflexión crítica, en búsqueda de un proyecto futuro de país, es un reto ineludible.
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