Barcos espías de China vigilan el mayor ejercicio militar de Australia con apoyo clave de Estados Unidos
Australia y Estados Unidos realizan su mayor ejercicio militar con 19 países y despliegues fuera del territorio australiano por primera vez.
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Australia ha iniciado el mayor ejercicio militar de su historia, con la participación de tropas de 19 países y un despliegue tecnológico sin precedentes en su costa noreste. La operación, conducida junto a Estados Unidos, tiene como objetivo fortalecer la interoperabilidad regional en un contexto de creciente competencia geoestratégica.
El despliegue volvió a atraer la atención de barcos espías chinos, que ya habían seguido de cerca estas maniobras en ocasiones anteriores. Las autoridades australianas confirmaron que el ejercicio se ajustará ante cualquier movimiento del régimen de Beijing, que desde 2017 mantiene una vigilancia constante sobre estas operaciones militares.
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¿Por qué se consideró histórico el ejercicio militar de Australia apoyado por EE. UU.?
Este año, el entrenamiento conjunto conocido como Talisman Sabre marcó un hito para las Fuerzas Armadas australianas. Por primera vez, el ejército lanzó misiles HIMARS de largo alcance durante pruebas de fuego real, lo que representa un avance clave en su capacidad operativa. Estas plataformas, adquiridas recientemente a Estados Unidos, colocan a Australia en un nuevo nivel de preparación defensiva.
Desde su inicio en 2005 como un ejercicio bilateral entre Australia y EE. UU., el Talisman Sabre evolucionó hasta convertirse en una operación multinacional que ahora incluye fuerzas de Japón, India, Francia, Alemania, Reino Unido y otros aliados estratégicos. Además, por primera vez, las maniobras se extenderán fuera del territorio australiano, con actividades previstas de Papúa Nueva Guinea.
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¿Cuál ha sido la reacción de China ante los ejercicios militares de Australia?
El gobierno australiano prevé que buques espía chinos monitoreen el operativo, como ocurrió en las últimas cuatro ediciones. Aunque hasta el domingo no se había detectado oficialmente su presencia, las autoridades calificaron como “muy improbable” que no aparezcan. El ministro de Industria de Defensa, Pat Conroy, afirmó que el despliegue se mantendrá bajo constante supervisión y se ajustará ante cualquier eventualidad.
Desde Pekín, no se ha emitido una reacción oficial. Sin embargo, la ampliación de la presencia militar australiana junto a Estados Unidos y sus socios del Indo-Pacífico sigue siendo motivo de recelo. Aunque el primer ministro Anthony Albanese se encuentra en visita oficial en China, aclaró que la vigilancia de los ejercicios no formará parte de su agenda de diálogo con Xi Jinping.
