Konfiep

“Alberto y Vladimiro en la cárcel quizá sea lo más importante que nos haya pasado en este siglo”.

Gabriela Wiener
Gabriela Wiener

Hace unos días en la tele la presidenta de la Confiep, toda una gamonala de las de antes, fue incapaz de hacer un mínimo amago de reconocimiento frente a la evidencia del derroche millonario que hizo uno de sus socios emblemáticos para torcer espuriamente el destino de este país. En este lugar, que yo recuerde, casi siempre ha gobernado la escoria. Hablo del Perú. Los que mandan no tienen moral, ni responsabilidad, ni grandeza cuando se trata de sus intereses. Uno entiende por qué están ahí. No debería sorprender, pero cada vez que ocurre de manera tan manifiesta golpea, asquea su violencia. Tanto dinero, tan poco honor.

Cómo se nota de qué tipo de colonos venimos. Todo el autoritarismo, el racismo, el machismo, el clasismo, consiste en eso, en la falta de autoconsciencia de un enorme privilegio ejercido con comodidad histórica y culturalmente. Desde ese lugar ganado sin legitimidad alguna se aplasta, se niega, se roba, se discrimina. La clase dirigente de este país está ahí porque ha sabido pactar con lo peor del sistema.

Muy pocas veces un rico o poderoso se ha “dejado joder” en el Perú. Para tener poder no hay que dejar que te jodan. Cueste lo que cueste. Para eso tienen la casta, la familia, el cargo y la plata, para nunca joderse. Alberto y Vladimiro en la cárcel quizá sea lo más importante que nos haya pasado en este siglo. Pero por sí sola, la casta no es capaz de hacer su trabajo ni simbólicamente. Sabemos que no van a ir a la cárcel, pero tampoco van a mover un dedo por ser mejores personas, ni por ayudarnos a ser una mejor sociedad. Al día siguiente la sonriente fotografía de la señora Konfiep al lado de la sonriente Keiko se paseaba por nuestras redes. Esa es la foto de este momento. Así nos miran y así se ríen del pueblo. A ver si les aguamos la fiesta de una vez por todas.